El texto de Elioeai me ha llamado la atención porque me toca especialmente cerca. Cuando alguien dice algo sobre la Universidad de Navarra pongo especial atención y siempre me llama la atención lo mismo. Sí, es verdad, hay algunos fundamentalistas entre el claustro que te pueden dar la matraca bastante, pero es porque la gente se deja. Mis padres han estado trabajando en la universidad durante más de 30 años, y en concreto mi padre estuvo de secretario de la facultad de Comunicación, que es donde estudio, más de dos décadas. Así que sí, yo tenía que responder por pedigree (algo que se valora hasta el asco en estos círculos. Tengo un amigo que me cuenta que está hasta las narices de que le pregunten el apellido para ver si tiene relación con tal u otra familia. Te da muchos puntos ser partes de esas sagas de familias con decenas de hijos, muy en buen plan). El caso es que no lo hice. Soy claro, soy directo, digo lo que pienso y me gusta provocar al personal y romperles los esquemas. Hay gente que está tan acostumbrada a que todo el mundo les siga el rollo que cuando alguien no lo hace se les queda una cara que resulta muy cómica.

Lo que quiero decir es que esta gente puede ser tan radical, tan pesada y tan enervante porque la gente prefiere estar a buenas, en buen plan, no destacar, no mojarse. Es no querer complicarse la vida. Lo puedo entender, pero luego que no se quejen de que son bombardeados. Yo tengo un sistema: cuando alguien se me acerca (después de 4 años ya no pasa casi nunca) con un "plan bien" le propongo mi alternativa (coloco una burrada "completamente inaceptable", claro está).

El opus es una gran matriz de neurosis. Vuelve a sus miembros neuróticos al cabo del tiempo (varía según los casos) y estos a su vez tratan de trasladar su neurosis al resto de la gente, de forma implacable. O les paras los pies y empiezas a defenderte, o se te comen. Cualquier estudiante de la Universidad de Navarra que se sienta acosado y quiera aprender a no pasar por el aro porque ya no puede más puede pedir mi mail. Algo haremos.

A pesar de todo yo me llevo de lujo con algunos profesores. Sí, es verdad, de vez en cuando te pegas un encontronazo con la policía religiosa que vigila que los chicos y las chicas no tengas "comportamientos indecentes", con el profesor de sociología que no resulta ser más que un pervertido sexual o con el curilla que te pone como materia de examen qué cosas se pueden o no se pueden hacer en un noviazgo. A esos les paras os pies y ya está. Sí, es un rollo y quizá te suspendan la asignatura a la mínima que te descuides. El truco es no descuidarse y hablar claro. Porque si tú hablas, a tu compañero de clase al que le están haciendo la vida imposible en las clases de ética por ser una aberración y un enfermo (es decir, ser gay), la próxima vez se levantará y se irá de clase, dejando muy claro lo que piensa y quien es.

A propósito de esto. No estaría mal organizar algún tipo de manifestación de protesta. Estoy seguro que si la gente venciera ese miedo, reuniría a más de mil personas. Y a ver que dirían entonces.

ashitaka