¡Hola a todos!

RobertLee, creo que hay muchos casos como el tuyo dentro de la obra, creo que diría incluso personas que no se dan cuenta como tú de lo que les pasa o, si lo saben, tratan de ocultarlo, por eso "del buen espíritu" y creo que muchas de ellas son personas mayores en Casa.

Cuando me tocó vivir en un centro de mayores, se escuchaba, porque esa persona en crisis gritaba angustiada por su vida espiritual, justo como tú lo cuentas. Por otro lado cuando pasa el tiempo uno se hace menos flexible a los cambios, (a veces tan radicales que te pide la obra), lo que normal en las personas. He visto sufrir a varias por esto: reales cuadros de depresión y angustia. En otros caso el tema de la "jubilación dentro de la obra", las sacan de obras corporativas, de encargos apostólicos, y son reemplazas por gente más joven, entonces como pasaría con cualquiera, se sienten inútiles... Entonces ¿qué puede hacer una persona de 50, 60 o 70 años? así vea claro que aquello por lo que dio la vida no se adecua con lo que ve ahora... ¿A dónde ir? A menos que tenga familiares que quieran hacerse cargo de ellos y puedan empezar a VIVIR.

He visto el deterioro físico y mental de estas personas ¡con mucha pena! Y con más pena aún que sus directores inmediatos ¡no hagan nada!... Luego, cuando la situación es desesperada, encerrarlos en eso centros a tomar pastillitas y así se mantienen dentro.

Otros que como tú, lo hablaron, más con ganas de ayudar a que los directores se den cuenta y ahora son vistos con malos ojos, porque no tienen el "buen espíritu" y andan momificados en vida, pues los sacaron de cualquier encargo apostólico o de formación. No se dan cuenta que les están quitando esos fines que nos dicen que tiene la vocación, "dar doctrina y hacer apostolado" (sorry si equivoco en algo de la terminología, pues el tiempo pasa y la memoria...). Entonces, me sigo preguntando qué pasa con la vocación, ¿tiene sentido seguir dentro, si ya no se puede cumplir eso esencial que te dijeron que era tu vocación? ¿Otra de las grandes contradicciones?

Para todos los RobertLee, ¡ANIMO! si no hay más remedio sean fieles a lo que creen, no creo que Dios quiera un santo agobiado por un sin fin de reglas y normas sino un santo auténtico consigo mismo y con Dios, amándolo sin cuadriculamientos, sino como es el Amor autentico, espontaneo, creativo, generoso, abnegado... etc. ¿Qué sería de una pareja de esposos que estuviera regido por 15 reglas al día para cumplir de trato entre ellos, impuesto por otros? Pues creo que terminarían hastiados, agobiados, desesperados y su relación destrozada.

Tenemos un único corazón HUMANO para amar, el que Dios nos dio (para los críticos: no hablo del feeling) creo que es claro para todos. Así amamos los seres humanos.

En todas las biografías de santos que he leído, (y he leído varias), ni siquiera en los santos de una misma orden, su camino ha sido idéntico, su trato con Dios y lo que Dios quiso de cada uno fue distinto. A San Ignacio de Loyola, distinto que a San Francisco Xavier, y tantos otros. Cada uno puede poner ejemplos. Ni siquiera san Chema se encorsetó, fue buscando el camino para su alma. Lo dicen sus biografías. Creo que puedo decir que cada santo fue único e irrepetible como lo es cada alma, cada persona humana (que me perdonen los teólogos y demás sabios), lo mismo su camino de amor a Dios.

Los Sacerdotes quizá la tengan más fácil, pues siempre hacen falta para cuidar la grey y ya hay mecanismos dentro de la Iglesia, en diversas modalidades en los distintos países para que tengan un sueldo y de allí un seguro de vida y un fondo para su jubilación, además la feligresía es muy generosa, cuidan de sus sacerdotes.

Saludos.

EsperanzaRO