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 Tus escritos: FLASHES REFRESCANTES (I) - Sarnoso

010. Testimonios
sarnoso :

FLASHES REFRESCANTES (I)

Sarnoso, 5 de noviembre de 2010

 

 

Os sigo escribiendo contándoos mis recuerdos y anecdotillas de mi periplo por el Opus Dei. Lo habéis pedido unos cuantos… En fin, así me lo paso bien mientras lo escribo y vosotros espero que al menos sonriáis mientras lo leáis.

 

Curso anual de numerarios. Todos entre 20 y 30 años (asignaturas de primero de teología, todos casi recién salidos del centro de estudios). Verano en el norte de España. Jiji jaja. Ambientazo. Los de madriles con sudaderas fumarel con los cuellos para arriba. Los andalusses con camisetilla y pantalón corto. Los de Valladolid con camisa de emidio tucci hasta los puños. Los navarricos con la raya perfecta en el pelo. Los valenssçiá con pinta de informáticos. Los catalanes, con camisas sin cuello negras. Y un director “buena gente”. De hecho, si la casa costaba, no sé, 1000 euros por el curso anual, pues se cobraba 200 euros más por persona para “extras”. Claro, 200 x 40 tíos son 8000 euros para gastar en gasolina, cervezas, helados y fiestas temáticas. Todo tenía muy buena pinta...



Lo mejor eran las excursiones. En el semestre del centro de estudios, las excursiones eran dos posibles hojas en el tablón de anuncios. Uno se apuntaba y el subdirector de grupo te decía en qué coche y en qué asiento te sentabas, tenías todo planificado según el horario de un numerario con tu bolsita de bocadillos y volvías a las 20.30h para ducharte y cenita en el comedor. Casi te decía los temas de conversación a tener en el coche y la música a poner.

 

Pues nada, en este curso anual todo era distinto. No había papeles para apuntarse a las excursiones. Uno tenía que conseguirse a escondidas un grupo de gente, con coche, y desaparecer lo más pronto posible el miércoles de las excursiones. Nadie llevaba bolsa de comida. Si vierais la libertad que 5 hombrecitos de 25 años sentían cuando después del desayuno se vestían como le diera la gana y pudieran hacer y deshacer sin consultar, sin nadie del consejo local hasta que volvieran por la noche buffff!! En la primera excursión volvíamos a 150 por la autopista porque eran las 11.00 de la noche. Yo temía la cara del director, esperándonos en la puerta del oratorio con unas ojeras hasta el suelo y en plan, besad la cruz de palo de rodillas y 30 latigazos. Pues llegamos acelerados y ¡no había llegado nadie! Ni el director. Sólo el típico cura mayor que no había salido de la casa en todo el día. Muuuyyy fuerte. El director llegó a eso de las 2.00 de la mañana, después de haberse pegado una mariscada con sus amiguitos (los predilectos, iban en su coche)…

 

Así que con esa docilidad que me caracteriza y que la formación no se acaba nunca, comprendí que la semana que viene, debíamos llegar a esa hora para no caer en el grupo de los pringados jejeje. Salimos temprano buscando una playa para coger olas unos, para tomar el sol otros, para tomar productos de la tierra en un bar otros (me incluyo). Algo en nuestras conciencias nos ponía el peligro de “playa = danger” “playa = prohibido” “playa = condenación eterna”… pero era ese curso anual, y todo estaba permitido dentro de los límites. Así que no fuimos a una playa concurrida, válgame el cielo, no sea que “no nos sintiéramos cómodos” con tanto bikini cercano… y empezamos a adentrarnos con el coche por una carreterita de costa/montaña hasta que vimos una playa pequeña, entre montañas, con poquita gente. Aparcamos en medio de la carretera (en lo alto) y empezamos a bajar hacia la playa.

 

El caminito era como de cabras, para ir bajando. La playa se veía bonita desde lo lejos, aunque no había bares ni chiringuitos, pero bueno, algo había que ofrecer ese día por el prela y eso estaría bien. Del coche a la playa habría 500 metros. Empezamos a bajar. Cuando quedaban 200-100 metros, me fijé en que la gente no llevaba muchos estampados. Es decir, me puse a ¡¡¡mirar!!! (a descuidar la vista, según doctrina-opusiniana) Claro, cómo iba yo a decir que estaba mirando… pero es que ¡¡era una playa nudista!! jajajaj Los otros 4 iban metidos en su conversación y yo partido de risa por dentro. Cuando ya quedaban 50 metros la cosa era evidente y los cincos nos miramos, nos reímos y seguimos por el camino sin bajar a la playa como bordeando la montaña. ¡¡Qué risa!! No lo íbamos a comentar en la tertulia del día siguiente. Hicimos el juramento. Subiendo por el camino hacia la carretera, había recovecos con gente más nudista y más activa… y los 5 numerarios por ahí. Nos volvimos al coche por la vía rápida (campo a través). Todavía me debe quedar alguna cicatriz en las piernas de los cardos y espinos jajaja Pero lo que nos reímos.

 

Si es que con tanto buscar una playa con poca gente… ¡¡pasan estas cosas!!

 

Hablando de playas, recuerdo que en los clubes se lleva mucho lo de hacer una revista (un folio fotocopiado en blanco y negro) con las actividades de la semana. Y en una esquina, se pone alguna arenga para los padres. Cuántas miles de horas/numerario gastadas en esas fotocopias, ¡¡¡por favor!!! Pues desde la esquina para los padres, un verano, el director o el cura del club, escribieron un artículo sobre la inconveniencia de veranear en las playas. Muchos padres de socios del club se molestaron, fueron hablar con ellos para decirle que así no era la realidad… que cada uno puede hacer el mal o el bien donde le plazca… y que hay playas con buen ambiente, con malo y con regular; igual que pueblos de interior… en fin, guerras que el Opus Dei tiene abiertas, al estilo de los pantalones vaqueros y cortos para ellos, los bikinis frente a bañadores de cuerpo entero para ellas, etc, etc.

 

Seguiré contándoos cosillas para que el foro no pierda frescura, ¿ok?

 

Un saludo!!

 

Sarnoso

 

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Publicado el Friday, 05 November 2010



 
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