Hace no mucho tiempo trabajé para Intereconomía y puedo asegurar con conocimiento directo de causa que, a pesar de las luchas internas que existen, a día de hoy el Opus Dei es quien ostenta el poder dentro del grupo, es cierto que existen otros grupúsculos sectarios o políticos (Legionarios de Cristo, Carlistas) que pugnan por ganar cuotas de poder, pero el cotarro lo maneja y con soltura la prelatura personal. Tanto el cuadro directivo como la plantilla cuenta con al menos una decena de numerarios, muchos supernumerarios y un sorprendente número de exnumerarios afines a la prelatura.

Ramón la definió desde la distancia como zafia e insultante (personalmente pienso que es una definición que se ajusta y mucho a la realidad) y Ottokar salió en defensa de la línea editoriar aferrandose a la libertad de expresión.

En cualquier caso pienso que este no es el lugar para entrar al fondo de esta cuestión por lo que sólo diré que para mi, como profesional de la comunicación y ex trabajador de la casa, la denigración de los oponentes ideológicos o políticos y el recurso al insulto, a la calumnia y a la mentira sistemática de la que hace gala la cadena, me parecen un reflejo fiel de las formas y modos del Opus Dei.

Krespillo