Gracias a todos (me gustaría nombraros, pero tendría que ir “palante. “patras” con los documentos y aún no estoy muy ducha en estas tecnologías), los que habéis tenido la paciencia de leerme, y más gracias a los que me habéis dedicado vuestro tiempo en contestarme, os habéis volcado, he llorado, me habéis enternecido gracias

            Gracias Nicanor por tu artículo “Los otros” nunca me había planteado el tema de esa manera, siempre pensé que yo era la culpable, y he aceptado todo lo que he pasado, como reparación, ante Dios, de lo mal que lo había hecho. El que aquella directora continuara y continúe, ya lo he dicho: pensé o que no lo había contado, o lo explicó mal, o todos eran unos irresponsables, pero no le di más vueltas, ella es responsable de sus actos como yo de los míos.

            Pienso que estas situaciones las provoca el criterio que tienen sobre la afectividad, el cariño y sobre todo del propio ser humano, que de natural estamos hechos para querer y dejar que nos quieran, lo de “ellos” es humana y naturalmente retorcido, de ahí las aberraciones.

            En su momento, sí me puse en manos de un profesional, ahora ya han pasado muchos años, sé que soy “normal”. Salí adelante porque solo conté conmigo, con mis poquísimas fuerzas, me trace planes cual arquitecto antes de construir, primero era conseguir un medio de vida, me maté a estudiar y saque una oposición en la enseñanza. Ese medio de vida me proporcionó un medio social: compañeros, amigos, de los de verdad. En tercer lugar un medio de reconstrucción. El psiquiatra al que acudí me recomendó un periodo de duelo, pero no tuve tiempo, simplemente me “olvidé” como “ellos” lo hicieron de mí, me dediqué a lo que tenía, ni a lo que perdí ni a lo que pudiera tener en un futuro, reconozco que no salí “tarada”, probablemente porque tengo un carácter fuerte, soy de natural alegre, muy emprendedora, muy sociable y no consiguieron hacerme lo bastante como para desconfiar del mundo, y ahora treinta años después, es cuando he vuelto a retomar lo que pasó, al descubriros.

            También te contesto Class, ¿sabes algo del maltrato?, ahora tan público como habitual, yo sí, tengo amigas maltratadas, y es muy similar, no es miedo lo que sientes, es vergüenza, la persona maltratada siente vergüenza, no lo dice, está bloqueada y no tiene capacidad de tomar decisiones. ¿Sabes la única pregunta que me hago?: de no haberme “echado” ¿estaría aún allí?, probablemente.

            Ahora, que es cuando podría “repasar” toda mi vida como numeraria… resulta que no me afectan, que me siento normal con una vida encauzada, y a mi manera soy feliz, no sé si los he perdonado, pero me he perdonado a mí misma.

            Si alguien me pidiera mi opinión, no suelo dar consejos, en una situación similar a la mía, esto es lo que hice. Me acompañó la suerte de tener de antes una carrera, de no asustarme y buscar soluciones, ante situaciones complicadas me digo que soy parte del problema o soy parte de la solución en mi caso “ellos” eran el problema y yo he sido la solución y de no hurgar en las heridas, amigos míos me decían que era brutal conmigo misma, pero ahora sé que actué bien. No me tuve lástima.

Vuelvo a dar las gracias y aquí me tenéis para todo,

Janabenito