Nicanor :
Juan Manuel Roca, fiel del Opus Dei, comenta el episodio del Joven Rico: “Las exigencias de Dios, las llamadas del Amor nunca son agrias, nunca entristecen, por eso, cuando notamos un deje de tristeza en el corazón puede ser debido a que el Señor nos esté pidiendo algo y no queremos dárselo”. Replanteo su comentario del siguiente modo: “Las llamadas de Dios, esas invitaciones de Amor, colman de alegría, nunca entristecen y colman el corazón debido a que es Jesús quien llama”. Ojo al cambio de “exigencia” por “llamada”.
Y continúo reformulando la interpretación de Roca, buen hijo de Escrivá: “Jesús vive y llama. No dejemos pasar las oportunidades que nos brinda. Como solía repetir San Josemaría Escrivá, Dios nunca se deja ganar en generosidad”. Replanteo de este modo: “Jesús vive y llama. No dejemos pasar las oportunidades que nos brinda para responder a sus llamadas. No sigamos la equivocación de San Josemaría Escrivá, en la que estás obligado a responder que sí para no dar pie a la tristeza ni a defraudar a la Prelatura”. Ojo al cambio “Dios nunca se deja ganar en generosidad” al “oportunidades que nos brinda para responder a sus llamadas”. Para los discípulos de Escrivá, dar por respuesta un “no” es inconcebible, una falta de “generosidad” y se les propone a los jóvenes que se intenta pescar como numerarios la similitud con el Joven Rico.
Ahora imaginemos el episodio de este modo: “Caminaba Escrivá con sus discípulos y mandó que detuviesen a un joven que pasó frente a él. Sus discípulos tenían retenido al muchacho el cual le preguntó: dígame ¿Soy bueno para algo? Y Escrivá repuso: ¿Por qué te llamas bueno si aún no eres numerario? Dios te llama a que me sigas. Y el Joven le respondió: no quiero. Y se marchó alegre. Escrivá y sus discípulos continuaron tristes”.
Nicanor eco_challengers@hotmail.com
Publicado el Friday, 01 October 2010
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