Doserra :
José María Escrivá,
Carta de Junio de 1973
(conocida como Segunda campanada),
nn. 36-38 y 39.
36. No es inexplicable mi angustia, ni exagerada mi aprensión en estos instantes [1]: cuando hay tanto choque por todas partes, la buena doctrina parece que vacila por todos lados, y en ningún sitio[2] faltan gentes capaces de atreverse a inventar tantas falsas e innecesarias reformas, que no responden a necesidades de los demás, que están felices con la vocación de cristiano, que confirman con su vida santa [3].
Son —las que se mueven con tanto alboroto— herejías ocasionadas por la mala conciencia, que busca justificación a las pasiones, a la negligencia y a muchos errores prácticos, que no deja a esas personas tener quietud en ningún sitio [4].
Leer artículo completo
Publicado el Monday, 06 September 2010
|