Hace unos años contacté con vosotr@s para pediros ayuda y consejo.

Mi familia estaba rota por culpa del Opus Dei y mi hermana a punto de convertirse en una numeraria auxiliar, recién terminada su carrera de enfermería.

Han pasado varios años desde entonces (son 6 años ya!! me parece ayer...) y mi hermana es hoy una mujer, que posee un piso pequeño, que trabaja en las urgencias de un hospital importante y que lucha cada día por deshacerse de los estigmas psicológicos que le dejaron aquellos que se dicen a si mismos hijos de Dios. Tiene amigas, sale de fiesta como una más y empieza a entender los entresijos sociales y las complejidades del entramado social y de las relaciones interpersonales.

Cuando la rescatamos, era poco más que un recipiente vacío, sin vida, un juguete roto, la carcasa de una persona llena de prejuicios y trabas mentales.

Hoy es capaz de sonreir pero, si se la observa con atención, aun salen a la luz destellos de aquella programación, heridas tan profundas que espero que el amor, la amistad verdadera y la reflexión crítica sean capaces de borrar.

Cuando hablo con ella de ciertos temas no puedo evitar sentirme profundamente triste por los años que me la arrebataron, por el daño que le hicieron, por la pasividad que demostré, creyendo que no podía hacer más y que debía respetar su eleción de vida, por las trabas mentales que le implantaron tan profundo que aun a día de hoy, 6 años después de su salida del entorno, siguen impidiendo que se desarrolle como una mujer plena.

A veces veo el peligro de que pueda recaer, pues a veces tiene contacto con miembros de la obra, una especie de sindrome de Estocolmo...

No considera que le hicieran nada malo, no se rebela ni lucha, teme hacerlo porque en palabras suyas... si lo hace se volverá loca..., dice no estar preparada para dar ese último paso y se refugia en misas y en la ausencia de pensamiento.

En cualquier caso, tenía una deuda pendiente con vosotr@s.

Os debo dar las gracias por ayudarnos a mí y a mi familia a dar los pasos corectos para alejar a mi hermana de las garras de esa secta despreciable. Os debo dar las gracias por ayudar a mi hermana a reconocer la verdad... toda la información que habéis vertido en esta web, me sirvió para hacerle caer en continuas contradicciones, para hacerla razonar, para sacarla de allí.

Os debo dar las gracias por vuestro valor, por vuestro testimonio, por vuestras entrevistas, por todo.

DE TODO CORAZÓN.. GRACIAS!!

Seguid peleando, seguid luchando... yo lo hago cada día cada vez que tengo ocasión.

Urko