Hola a Tod@s:

Llevo varias actualizaciones de Opuslibros pensando y evaluando si escribir éste artículo o no.... quizá el hacerlo ponga en evidencia quien soy en la vida real, por lo menos en la delegación México porque 'ellas' saben mi historia y mi relación con los Legionarios. Me he decidido hacerlo, porque creo que mi testimonio puede dar otra pincelada al cuadro que se está pintando aquí.

Yo estudié en la primera escuela para mujeres que tuvieron los Legionarios en la Ciudad de México durante los 3 años de secundaria y los 3 años de preparatoria de los que se compone el Bachillerato en éste país. Mi generación fue fundadora de la escuela. De hecho, la casa particular del P. Maciel estaba en el mismo predio que nuestra escuela y se podía acceder desde la casa del padre  por una puertecita.

Por ser la primera escuela de mujeres (anteriormente los Legionarios sólo tenían colegios para varones), el P. Maciel estaba muy al pendiente del colegio y nos visitaba continuamente. He de decir que, en las múltiples ocasiones en las que tuve la oportunidad de verle y hablar con él, nunca, pero ¡nunca le vi cara de pervertido, ni de sátiro, ni me dio mala espina, pero como dice el refrán "Caras vemos corazones no sabemos". Parecía una persona más bien de carácter dulce.  Cada vez que estaba en México (es ése tiempo, casi todo el tiempo lo pasaba en Europa, principalmente en Roma y en Irlanda), lo veíamos caminar por el parque que está frente a la escuela, acompañado de un sacerdote rezándo el Rosario.

Las consagradas eran más que queridas, veneradas. De verdad que las que me tocaron a lo largo de los 6 años que estuve con ellas  fueron encantadoras. Entre nosotras (las alumnas) nos referíamos a ellas como "Las ORNIS", porque pensábamos que eran un "Objeto Religioso No Identificado". Ellas insistían en que no eran monjas, pero son algo muy similar. La diferencia entre las consagradas y las numerarias no es tanta, quizá la principal es que aunque lo parezca, las consagradas son muchísimo menos mojigatas que las numerarias, y  son más abiertas. Es decir, de lo que yo recuerdo, ponen a Dios por encima de todo, pero no creen que todo es pecado. Nuestras pláticas de educación sexual eran bastante claras y normales, por ejemplo.

Es verdad que ellas viven en "Casas de Consagradas", que NADA tienen de parecido a los lujosísimos centros del dark side, porque son muy sencillas, pero no podríamos decir que parecen conventos de ninguna manera. En sus casas NO hay "consagradas auxiliares", la limpieza y la comida la preparan señoras que son contratadas específicamente para eso. Llegan en la mañana a la casa y se van en la tarde.

Las consagradas tienen prohibido maquillarse, usar pantalones, usar tacones altos, llevar las piernas sin medias y las únicas joyas que pueden utilizar son: aretes, reloj, una medalla con su cadena y su anillo de consagración que lo deben traer puesto siempre. Tampoco se pueden poner perfume y tienen un guardarropa muy austero.

Su proselitismo es bastante tranquilo al contrario de lo que se pueda pensar. En las escuelas de Legionarios, absolutamente toda actividad religiosa es completamente optativa. Cuando yo conocí el Opus Dei estaba en primer año de preparatoria, las consagradas sabían que yo asistía a medios de formación en el opusdei y ¡JAMÁS! hubo ningún comentario en contra y mucho menos una represalia.

Pienso, según mi experiencia, que en quizá en algo se puedan parecer los Legionarios al Opus Dei: en que persiguen a los ricos para quitarles su dinero en nombre de Dios y para sacar el máximo provecho de la gente poderosa, pero mientras el opusdei es la crueldad, el despotismo, la maldad, el abuso, y lo inhumano institucionalizado, los legionarios son apenas una copia bastante débil y mal hecha.

Un abrazo grande

Salypimienta (M)