hormiguita :
Soles: Gracias por tu articulo, permiteme agregar. El precio pagado por irse de la obra es una sentencia de muerte espiritual. "Traidores a la Iglesia, a las almas, a Jesucristo" "Unos Judas" "endemoniados" "que no dan un duro por el alma de quien se va". Mensajes de Escriva y Del Portillo, cuando Dios dejo claro: "no juzgeis". Y quede eso para sus procesos de beatificacion, pero sobre todo para el juicio final de sus pobres almas.
Addicte: Gracias por tu articulo, pienso lo mismo, y hacia tiempo que deseaba que alguien escribiera sobre un tema asi. Se pueden encontrar salmos, y escritos de los padres de la Iglesia, que refuerzan lo que dices. En el Evangelio, hay ejemplos que relativizan mucho el trabajo como valor santificante. El hijo prodigo, hizo lo contrario de trabajar y Dios Padre lo amo, Jesus admitio entre los suyos a Judas, que trabajaba mal, pues robaba. El buen ladron no ofrececio ningun trabajo, pues murio ese mismo dia. Dios mira el corazon no las obras. San Juan lo resume en la Caridad que lo impregna todo como valor supremo, y S Pablo, limita a decir, que el que no trabaje que no coma, en vez de ensalzar y exaltar al trabajo, lo deja en su sitio. Si pones el trabajo en un altar, y se lo ofreces a Dios, estas quitando a Dios del altar. Asi lo veo yo. Me gusta mucho lo que dices.
Calandria: Esta bien que estes por aquí, aunque te leo, y eres tan teórica.
un abrazo,
Hormiguita.
Publicado el Monday, 24 May 2010
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