Según vengo leyendo vuestros últimos posts (y muchísimos otros que vengo leyendo hace muchísimo tiempo), puedo sacar en claro algunas ideas que corroboran mi modo de pensar.

En su concepción el Opus Dei y su espíritu no sólo es bueno sino santo, son quienes han tenido la misión de transmitirlo, lamentablemente quienes no lo han hecho bien. Llámense directores regionales, locales, de delegación, encargados de grupo etc.. etc… etc  Pienso que no han tenido mala intención, únicamente no han sabido hacerlo con todas las consecuencias, en muchos casos graves, que conlleva esta falta de sabiduría.

Para quienes queremos creer en la vocación, hay mil y un argumentos, es mi caso y el de un sinfín de personas más. Para quienes no quieren creer en su existencia, no hay ni uno solo, es el caso de los integrantes de Opuslibros y… algunos más?

Yo no estoy en el Opus Dei, para que vivan la caridad conmigo, para tener amigas, para tener un hermanón (dirían ellos) con quien chancearme, para tener una familia que me respalde que me escuche o para tener un hombro en el cual verter mis lágrimas… no, no. Aunque se me dice y se me dijo que el Opus Dei es mi familia, lo cual es cierto, si llegado el momento, me es imposible verificar lo que se me prometió porque resulta ser todo lo contrario, aún ese caso hipotético para mí, no sé para ustedes, aún eso es una equivocación de quien hace cabeza, quien por, vamos a llamarlo, ignorancia no está viviendo la caridad y el espíritu fraterno con esas hermanas suyas que se le han confiado (soy mujer casperbanana, por eso lo pongo en  femenino) Esas equivocaciones por lo general vienen de quienes mandan, no tanto de quienes somos gobernados, gracias a Dios. Por eso San Josemaría nos hizo saber que gobernar es una carga, no un honor.

Ustedes tienen miles de anécdotas que podríamos englobar en varios ítems dentro de uno general titulado: aspectos negativos del Opus Dei. Todos esos ítems no reflejan sino la mala actuación de quienes hacen cabeza (ya lo siento por ellos/ellas mismos, es la realidad) No puedo imaginarme que Dios haya dispuesto las cosas de esa manera ni que el fundador haya dado unas indicaciones a veces bárbaras en sus aplicaciones, como suelen reflejar vuestros testimonios. Un botón de muestra: el Fundador jamás indicó empastillar a quienes diesen problemas dentro de la Institución, en cambio soy consciente de su preocupación por la fidelidad de todos, más aún, decía que no perdonaba a quienes hubiesen convivido con algún/na desertor/ra que no se le hubiese ayudado a tiempo. Quién ordena el empastillamiento? El director/ra. Quién está llamado a ayudar a quienes tienen problemas o dudas de vocación? En primer término el director/ra y en segundo término todos los demás. El peso y la responsabilidad de vivir lo indicado recae en primer término en quienes hacen cabeza. Por eso puedo decir ¡pobres directores!!

Un apunte más, alguno de ustedes, comentó que las numerarias auxiliares no han cambiado o que no se dan libertades como los numerarios o como lo que él ha podido ver en los numerarios de Perú durante el tiempo que vivió en ese país. Yo conozco numerarias auxiliares que no se dan libertades (la única, la de amar) pero que tienen un nivel cultural y una categoría humana que ya quisieran para sí esos numerarios y el ex Opus, Dionisio, ya recordé el nombre! Perú es un país machista, de ahí que se entienda un poco los comentarios de Dionisio y de Nicanor acerca de los miembros varones de la Obra.

Un abrazo

Calandria