Itaca:

Gracias por tu escrito del pasado 10 de mayo. Me llamó mucho la atención que la mamá de San José María no haya vivido con sus padres los primeros cuatro años de su vida:

“Poco después de su nacimiento, pasada la primera crianza, Lola pasó a vivir con una familia de la montaña para crecer más fuerte y en un sano ambiente de campo:”mi madre me ha contado _escribe Santiago Escrivá de Balaguer_que la abuela Florencia, cuando nacían sus hijos, les dejaba en algún pueblo del Pirineo aragonés con un ama; y así pasaban los dos o tres primeros años de la vida. Decía mi madre que, cuando regresó a casa de su familia, casi no les consideraba padres, porque llamaba padres al matrimonio que la había tenido durante años”. Esther, Gloria y Lourdes Toranzo, Una familia del Somontano, ediciones Rialp, 2004, pág. 31...

De hecho, según Vázquez de Prada, fueron cuatro años: “En los Libros de matrícula de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción (...) en el volumen de 1882 aparece por vez primera el nombre de doña Dolores, madre de Josemaría, con cuatro años de edad, y con domicilio en casa de sus padres”.

Vázquez de Prada, Andrés, El fundador del Opus Dei, vida de Josemaría Escrivá de Balaguer, ediciones Rialp, S.A., Madrid, 1997, pág. 20, nota 19. El ejemplar utilizado es de la cuarta edición, 1998.  

Este historial es una consideración de mucho peso para el diagnóstico de desapego. Si bien no sería la única consideración, sí es de mucho peso para el diagnóstico. Ahora esto sería para la madre del fundador, pero el grado de apego de la madre determina en un gran porcentaje el grado de apego del hijo. Al parecer hay más razones para afirmar que E.B.E. tuvo la visión y Marcus Tank le dio justo en el clavo con el trastorno de personalidad de José María Escriba.

Daniel_M:

Sobre tu escrito del pasado 10 de mayo, conozco a una supernumeraria quien asegura que José María Escriba le hizo un milagro médico. Según ella, le rezó a José María y cuando el doctor la operó no podía creer que ella estaba bien como si nada, mismo doctor quien la había operado con anterioridad y había tardado mucho en la operación por su delicado estado. Tanto el doctor quien la atendió como ella firmaron unos documentos que se mandaron a Roma. Este milagro se dio hace 20 años. Quizás mi memoria falla y fue hace 16 años, pero definitivamente fue antes de la canonización.

Honestamente a mí se me hace muy complicado todo esto de canonizaciones. Cada vez que me pongo a indagar cuál es el alcance de la infalibilidad papal en esta cuestión, me encuentro con diferentes opiniones. Según el catecismo de la Iglesia Católica el santo vivió sus virtudes de forma heroica (ignoro si el catecismo debe considerarse infalible), lo que yo tenía entendido es que la idea generalizada de los teólogos es que el santo está en el cielo y hasta ahí, lo demás es creencia en forma pía. Argentino, el 19 de octubre del 2003, en "La infabilidad papal y las canonizaciones" también confirma esa creencia que yo tenía. Albert Einstein decía que si las cosas no se podían explicar en forma sencilla es porque no se entendían y creo que esto es lo que le pasa a la Iglesia en este caso. Jacinto Choza tiene un escrito muy bueno al respecto y Kipepeo hace referencia a él: “De la inocencia a la mala fe. De las ideologías a las sectas” del 17 de enero del 2007 en la sección de los santos del purgatorio.

Y es que expresar que José María vivió las virtudes en forma heroica y ponerle como ejemplo a seguir especialmente sin aclarar que se trata de una persona con trastornos mentales es estrechar mucho la realidad. Quizás la afirmación en sí no sea errónea, pero sí da mucho pie a errores y graves. Soy la primera en llamar a José María víctima, ya anteriormente expliqué las razones de considerarle así. Pero también sé que hay un mucho de conocimiento de lo que se está haciendo. Si nos vamos solo por el narcisismo es muy probable que José María tuviera conocimiento que su fundación no era obra de Dios y estaba engañando y auto engañándose por orgullo. Para elevar su autoestima.

No existen los papás perfectos y todos tenemos un poquito de narcisismo, que no se confunda en el grado extremo del trastorno narcisista. Digamos que los síntomas son en un muy menor grado. Escribí sobre el desapego, no he mencionado sobre su cura. A muy grades bosquejos, se necesita una persona con apego seguro para que el paciente se apegue (me refiero a alguien diferente del terapeuta) y después como bien lo descubrió el Dr. Weidman, hay que hacer lo que los papás han hecho durante siglos con sus niños pequeños y es primero ganarse la confianza (la etapa mas difícil) y tener empatía sincera por ellos (a los objetos no se les tiene empatía, a las personas sí) y perdonarles una y otra vez (70 veces 7 o quizás 700 veces 70) el daño que nos hacen que es mucho porque buscan ser rechazados, Y con esa empatía, mucha empatía hacerles ver que aun después de todo, siguen siendo amados y no les rechazamos. Y es que conociendo el desapego, entiendo por qué Dios para ser verdadero hombre tuvo necesidad de tener una mamá y por qué para nuestra salvación se inmoló en la cruz para demostrarnos su amor incondicional…a pesar todo el daño que le hacemos. Y es que si nos acercamos a Dios, El nos cura de nuestro narcisismo porque nos ha demostrado que podemos confiar en El (siempre habló con la verdad, siempre esta ahí por nosotros) y nos ha perdonado y nos sigue perdonando 7000 veces 700.

Sin ánimo de ser sarcástica y aunque el desapego no sea una enfermedad mental (al contrario de la esquizofrenia por ejemplo), yo honestamente propondría a San José María como el santo patrono de los enfermos mentales.

Un abrazo,

Nelli