Estimado Russell

Tenía mucho tiempo de no entrar en la página primero por mucho trabajo y luego, como decís –me permitiré tratarte de vos-, vinieron las vacaciones de fin de año en la universidad. Trabajo en la universidad y por eso he tenido vacaciones en diciembre. Aunque siempre recuerdo con mucho cariño y estimación a los amigos y amigas de opuslibros, no había podido ponerme al día hasta  hoy y me encuentro con tu testimonio.

Al iniciar su lectura me di cuenta que se trataba de un guatemalteco y eso hizo que creciera más mi interés, hasta que párrafos después lo confirmaste y eso me hizo recordar muchas cosas a medida que continuaba su lectura. Lo que decís lo han vivido, lo hemos vivido, todos los que en su momento fuimos estudiantes universitarios y estábamos en la obra.

Podría decirte muchísimas cosas, podes leer mi testimonio de salida en el apartado correspondiente, pero si quiero manifestarte algo: has sido muy valiente. A mi me pasó igual que a vos, es decir, esa presión, esa tensión, ese sentirse uno que no le sale nada bien y encima recibir regaños, humillaciones e insultos. No obstante, por hacer caso a los temores, seguía ahí dentro. Deseos de irme tuve muchísimas veces pero no me atreví a decirle a nadie nada, me limité a encerrarme en mi mismo, a decir lo que les gustaba escuchar, a hacer lo que me pedían y en fin, a tratar de sobrellevar de la mejor manera aquello.

Vivía como por etapas, del curso anual, al curso de retiro, con paraditas en los retiros mensuales, de cada uno salía con ganas, obviamente que de tanto escuchar lo mismo, la mente se nubla y uno va con la idea que sí, que ahora si podrá sacar todo adelante. Luego la vida diaria te hacia ver que no era de soplar y hacer botellas, que vivías en dos mundos distintos, que lo de ser común y corriente como los demás era puro cuento.

Te fuiste a tiempo amigo, porque si ahora pedías permiso para algo tan elemental como hacer tus prácticas de campo, posteriormente vendrían los congresos internacionales y ya te digo la que se montan al respecto; por cierto, una vez escribí sobre el tema, así que si querés, podés buscarlo también.

Estoy seguro que los personajes que mencionás en tu escrito los conozco, es más, por la forma en que los describís, estoy seguro de quienes son, así que no me sorprende que te trataran como te trataron, lo que me produce tristeza es darme cuenta que no cambian, que siguen siendo los mismos, que no comprenden que el amor al prójimo va íntimamente ligado al primer mandamiento y es el Amor a Dios, que la caridad cristiana no es la que ellos practican, en fin, podría seguir pero no quiero marearte.

Muchos se han ido amigo, no tengás miedo, no tengas pena, no te dejés llevar por remordimientos. A vos Dios te pide algo muy concreto y lo has visto en la oración, así que nada de miedos.

Conozco mucha gente joven que se ha ido y creo que ellos podrían ayudarte. El amigo que decís que se fue antes que vos puede ser una buena ayuda en estos momentos. Además los consejos que te han dado aquí me parecen muy oportunos, especialmente prestá atención al escrito de Alchile, porque si la labor en México que en Guatemala ponen de ejemplo está como está, imagináte la de acá.

Contá con mi apoyo, podés comunicarte conmigo y con mucho gusto te responderé.

Un fuerte abrazo, vas bien, seguí adelante!

Armando (Ángel Valdés Estrada)