aldeano :
Querido Russell,
Tu historia me puso los pelos de punta. Mi historia es una totalmente más liviana, como puedes ver aquí, pero reconozco algunas cosas parecidas, en especial en tu escrito pidiendo consejo acerca de tus dudas al salir del Opus.
Me arriesgo a darte dos consejos que me dieron a mí otras personas. Espero que te sirvan de algo.
Mi primer consejo: Acércate a la naturaleza, pero con calma, no con corridas (como sé que hacen muchos numerarios: salir a matarse a correr). En este momento tu cabeza está hecha un lío y será mejor que te acostumbres a la idea de que será un lío durante mucho tiempo. Por eso, cuando te asalte la ansiedad y la duda, vete a pasear por algún sitio tranquilo y fíjate en el paisaje. Te va ayudar a evitar repensar demasiado cosas que no estás preparado aún para juzgar con serenidad.
Por supuesto, huye de cualquier cosa que huela al Opus Dei. Ahora, esto no significa huir de la Iglesia, aunque es posible que durante un tiempo sientas un asco a todo lo religioso. No te alejes, pero no te vuelvas a acercar de donde saliste.
Mi segundo consejo. Elimina a las mujeres de tus prioridades: en el Opus vivías obsesionado por alejarte de ellas, ahora puedes terminar obsesionado por conseguir una sin haberte recuperado tú mismo. El tema de tus relaciones con el sexo opuesto es recurrente en tus dos escritos, por lo que intuyo que te preocupa este asunto especialmente. "Olvidarse" de ellas arrancará el problema de raíz, la obsesión. Ahora, eso no quiere decir que no lo intentes porque sería mantenerte en el estado anterior, sino que dejes que las cosas fluyan naturalmente y ya verás cómo un día te vas a ver con invitando a una chica a un baile casual (me pasó a mí y no estábamos bebido ni yo ni ella).
Lo primero y casi único que debieras hacer es anular el "tic" de alejarte de las chicas. Por ejemplo, una cosa sencilla es, en vez de saludar con un mero "Hola", intenta entrar en conversación... aunque sea conversación de pasillo. Eso es el primer paso; el resto saldrá solo o con la ayuda de amigos que te conozcan más.
Ya con el tiempo notarás que te vas soltando, que te vas manejando en los códigos culturales que encierran las relaciones entre hombres y mujeres, que no te dé miedo llamar a una amiga a tomar un café porque sí y hasta puede que te enamores realmente de una chica (y ahí todos tenemos problemas, vergüenzas, fracasos o éxitos... con pasado Opus o no). Mientras, toca ir reposando el espíritu y aprender de a poco.
En todo caso, algo que nunca falla con las mujeres es una sonrisa sincera. :)
Un abrazo y ánimo!!
aldeano
Publicado el Monday, 11 January 2010
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