Hola a todos, ¿qué tal van esas fiestas?. Espero que disfrutando.

Hoy me he acordado de una anécdota del lado oscuro y no he podido resistir venir aquí a contarla.

Resulta que hoy comí en el restaurante que tiene el Colegio de Médicos, yo solita. No había ni un alma más en el salón. ¿Estarían comprando mis Reyes...?.

Resulta que cuando terminé el primer plato, no venía nadie a quitarme el plato vacío y tampoco veía a ningún camarero por los alrededores para pedirle el segundo, aaiiiss como eché de menos la campanilla que se usaba en los centros para que te trajeran la comida.

Resulta que la primera vez que me toca presidir una mesa, porque no estaba la directora, acabamos el primer plato y mientras todas me miraban para que tocase la campanilla que tenía a mi derecha, yo ni corta ni perezosa me fui hacia la cocina (mejor dicho: hice un intento de ir a hacia la cocina) a por la bandeja del segundo para las catorce que comíamos allí. A mi lo de tocar la campanilla me daba un... no sé qué que no podía. Me parecía de épocas muy muy antiguas, de criadas y señoras.  Mientras mis hermanas en la fe intentaban impedir que yo hiciera lo que me proponía, argumentando que ¿cómo la que hacía cabeza se iba a levantar de la mesa a servir?, yo les decía que no estaba paralítica y que tenía veintiseis años y la señora que trabaja en la cocina tenía cuarenta, así que debía ser yo la que le sirviera a ella y no ella a mi (a esa edad yo veía a las personas de cuarenta como la vejez más absoluta...). Pues a lo que íbamos, que me obligaron a no ir a por las bandejas, y a que usara la campanilla. A lo primero accedí ese día, luego ya me dieron por caso perdido, a lo segundo: como diría la canción "antes muerta que sencilla".

Resulta que hoy me vi echando de menos la campanilla, y a solo unos añitos de cumplir los cuarenta y digo y afirmo que llamar a alguien de cuarenta me parece de lo más insultante, repelente, insolente, maledudado y de todo eso y más allá, ...jem!!

...si es que donde las dan las toman, no?.

Resulta que no sé si pedirle a los Reyes una campanilla para llevarla en el bolso.

Un beso y un abrazo

Mafalda