Querida Calandria: 

Me había prometido a mi mismo dejar pasar de lado el tema “Calandria”, y lo había logrado desde hace meses... Ahora que he caído espero sea para algo positivo (y probablemente sea la última).

Créeme que procuro escribir de una forma seria y si en mis escritos he utilizado un poco de ironía, nunca ha sido en “mal plan”. Tampoco creo conveniente, ni deseo, armar polémica sobre infinidad de temas, ya que para dialogar lo primero es aceptar y respetar la posición contraria e intentar comprender las causas y motivos de su forma de pensar (para mí, comprenderte a ti en cuanto a miembro del opus dei, es muy sencillo: yo pensaba como tu...); y si esto no se ha dado aún (reconozco que para ti es mucho más complicado el comprendernos), creo que deberemos esperar a que se dé para que exista un verdadero diálogo constructivo. Lo demás será pérdida de tiempo.

Te veo con un profundo respeto, como veo a todo el mundo, y soy plenamente conciente de que tu punto de vista es distinto del mío, lo cual pareciera que nos hace “mentir” a los dos, cuando en realidad lo que tratamos de hacer es explicar los hechos desde nuestra posición. Necesariamente alguno deberá estar más cercano a la verdad y es preciso tener honestidad intelectual para buscarla. Algunos, aunque sea difícil de creer, nos hemos esforzado en hacerlo así -como me consta- muchos que han salido de la obra (y cierto es que no todos llegamos a explicaciones iguales, incluso muy distintas, sobre nuestro diagnóstico de la realidad opus dei en nuestras vidas, pero lo hacemos honestamente y sin prejuicios).

He tratado de ser coherente con lo que pienso y he acudido con mis inquietudes con familiares que son de la obra (padres, hermanos...; de hecho tengo una hermana numeraria que bien podrías ser tu), amigos numerarios y directores de la institución y me he encontrado con un “pensamiento en bloque, monolítico e inconmovible”: Nadie, nadie, nadie de ellos ha sido capaz de ver mosquito alguno, viga o vestigio de polvo en ojo propio, y pareciera, a sus ojos, que los míos están repletos de cachivaches... de la misma manera en que siento que tú me catalogas. Personalmente no conozco a ningún director que actúe por maldad (de hecho yo lo fui y no recuerdo maldad en mis intenciones, más bien había una inconciencia inexplicable). De lo que indudablemente algunos sí serán culpables -como yo lo fuí en mi momento, y de lo cual pido perdón públicamente- es de la ausencia absoluta de autocrítica humilde; esto sí que es palpable e incuestionable y no es en absoluto juzgar ligeramente.

No puedo dejar de reconocer la valía y buenas intenciones de la gran mayoría de los miembros de la obra -algunos muy buenos amigos- así como sus numerosas obras, y seguramente, incontables frutos positivos (para Dios todos los renglones son rectos...). No puedo dejar de reconocer en ti la mejor de las intenciones y, si es así, pienso que nunca te perdonarás el no albergar en algún lugar de tu ser al menos la duda -por honestidad intelectual- de que exista la posibilidad de que lo que expresamos aquí sea verdad o, al menos, parte de verdad. Espero que este intercambio nos ayude, tanto a ti como a mí; si no, habremos perdido el tiempo.

Estando así las cosas, me has de disculpar pero insistiré en la pregunta que permanece en el aire: ¿tus directores conocen tu participación en este foro? Ciertamente no es una pregunta ociosa.

Con mis mejores deseos, en verdad que con mis mejores deseos.

Sancho 1964