Sobre el tema de la filosofía echo en falta personas más cualificadas que leen o saben de esta página y pueden hablar con conocimiento de causa de más de una limpia de profesores que se ha hecho en la facultad de Pamplona. Podemos seguir hablando de los reyes magos y Papa Noël, yo también me lo creí, pero es bastante más útil para nosotros y la ciudadanía en general contar realidades.
No sé exactamente en qué consistían las "desviaciones" con respecto a la facultad de gente como Choza o Gorka de Vicente. No sé si eran de tipo "filosófico", es decir que se "desviaban" algún centímetro a la derecha o a la izquierda de lo que oficialmente "conviene". O si se trataba de algo personal, es decir, que quizás consiguieron entusiasmar y reunir en torno a ellos un grupo numeroso de estudiantes y jóvenes profesores. Y que por consiguiente, filósofos de más prestigio en la facultad vieron que su "estrella" se apagaba. Lo digo porque creo que ha pasado en más de una ocasión en el opus, cuando alguien es un poco mejor que la media, sin que sea necesario que sea genial, se trate del "gobierno" o del profesorado, no se permite que haga sombra a los que por decreto están arriba. Hay que ser listo sin pasarse.
De cualquier forma las limpias "haberlas las ha habido".
Aunque con el paso de los años, yo que en mis tiempos de estudiante de filosofía en Pamplona no supe de María Zambrano, de su regreso a España, del premio Cervantes, de su fallecimiento, he visto como ya veinte años más tarde, han sacado un libro en Pamplona sobre su pensamiento. Y así nos va, tragándolo todo. En fin.
Me han contado una pequeña historia.
Asunción Cobo que fue supernumeraria por un tiempo, vive en Ubeda. Hace unas semanas se encontraba bastante mal, con mucha fiebre, parálisis en un brazo... esperó a que se le pasara y como no fue así acudió a urgencias del hospital. Allí tuvo la mala suerte de encontrarse con una enfermera que no me aclaro si es supernumeraria, su madre una tal Mento Hurtado sí lo es. Dicha enfermera estudió en Pamplona, donde si no pitó al menos "mamó" el supuesto espíritu que lleva a considerar a los enfermos el "tesoro de la obra", es una expresión que dió título a un editorial de Noticias.
Pues bien como tanto Asunción, la enferma, como la persona que la acompañaba, Lali Riera, han dejado la obra a Dios gracias para ambas, dicha enfermera se olvidó por completo de que los "enfermos son un tesoro". En pocas palabras, cuando Asunción entró a la consulta malísima como iba, poco menos que la tal enfermera egresada del opus, la trató de caprichosa y de hacer mal en no haberse traído no sé qué medicamento que estaba tomando. Buscaba ofender. Al final fue tal el mal trago que Asunción decidió irse a su casa sin más.
Al día siguiente la médico del centro de salud confirmó que efectivamente había algo grave en los pulmones y que por los síntomas que presentaba la paciente la enfermera del hospital debería de haber llamado al médico para ordenar el ingreso.
Todo esto para decir que lo que interesa de los enfermos allí dentro es simpre lo mismo: las herencias. No tanto el sufrimiento en sí que necesita alivio y acompañamiento. Y que cuando una persona llega a urgencias de un hospital, una enfermera tiene que hacer su trabajo, con independencia de si el que llega pertenece, ha dejado de pertenecer o puede pertenecer al opus. Por lo demás el servicio de urgencias de ese hospital según me dijeron funciona estupendamente.
Tambien me recordó las tontas contemplaciones que se tienen con las numerarias enfermas, tantas que la gente no quiere ponerse buena. He visto comportarse a mujeres de más de 50 como auténticas niñas mimadas a cuento aunque no fuera más que de un esguince en un pie.
Ana Azanza
