Sigue pues su ejemplo. No faltes nunca a la caridad, aunque tengas que tener Intemperancia, sé autentico, que és ser comprometido con el evangelio, y Ama a Dios y el Bien en todo momento, sin descanso, y, sin menosprecio de ser exigente contigo mismo o con los demás, y Ama la bondad y la miseria de las personas, y así también las Amarás en la miseria que tienen de sus pecados, pero sé exigente, para rechazar, la maldad y la malicia que te aparta de Dios y del Templo de Dios, que eres tú, y el Alma de todas las criaturas creadas, pero rechazando el mal sin faltar a la Caridad de Dios en primer lugar, y en segundo lugar, sin faltar a La Caridad con el prójimo, pues Dios tiene derechos primogénitos como Persona y cómo Creador, anteriores a sus criaturas, que somos todos nosotros, a semejanza cómo ocurre con un padre en la tierra, que tiene unos derechos de dignidad y de honor, que son anteriores a los hijos, (sin menoscabo del Amor que los Padres deben tener para con los hijos, y sin menosprecio de ninguna clase de honor ni de Amor ni de dignidad que se deba para con los hijos).



PUNTO 56

DAR A DIOS LO QUE ES DE DIOS, Y A LOS HOMBRES LO QUE ES DE HOMBRES DAR.

Que tú docilidad y obediencia sea solo a Dios. Nó tengas en la tierra santos que endiosar, porque “Uno solo es el Santo, Dios”, “Y a nadie en la tierra digas Padre, porque Uno solo Es Tú Padre, Dios”. Así, que tú solo tendrás directores que te aconsejen, confesores que te ayuden, amigos que te quieran, y hombres Santos que te muestren con sus vidas a Dios, pero nunca ellos serán Dios, y cuando tú obstinadamente, así lo creas, verás “El Celo de Dios” sobre ti y sobre esas personas a las que adoras, dándote suficientes muestras nuestro Dios, “De que nó hay nadie fuera de Él”.

Nó confundas los valores, y da “al cesar (los hombres y sus poderes humanos), lo que es del cesar, y a Dios (y el deber que tienes de adorarle solo a Él y nada más que a Él), lo que es de Dios”.



PUNTO 57

EL TRATO CON EL ESPIRITU SANTO

Frecuenta el trato con el Espíritu Santo, y ¿Cómo has de frecuentarlo?. No pienses que tú le dices al Espíritu: Ven, vamos a charlas, a meditar… ¡Nó sabes quién és el Espíritu Santo!. El Espíritu Santo, És la Tercera Persona de la Trinidad. És Dios. A Dios se le pide, nó se le manda. Si quieres estar con el Espíritu Santo, pídele que te acompañe siempre. Él Espíritu te llevará por lugares solitarios, donde la brisa del viento y el silencio le abren camino en tú corazón para que le puedas oír. Y Él se te acercará y te hablará. Date cuenta qué diferencia hay, sobre lo que creías antes, ya que ni tú le dices donde ir al Espíritu Santo, ni tampoco te gobiernas a ti mismo, sino que lo hace Él en ti.

Y El Paráclito estará en el centro de tu Alma…¡si Él quiere estar!.

Y Él estará, si tú haces la voluntad de Dios, “Porque quien hace la voluntad de Mi Padre, Mi Padre lo Amará, y Vendremos a él, y Haremos morada en él”.


PUNTO 58

AMAR SOLO A DIOS, Y AMARTE A TI MISMO, PORQUE DIOS TE AMA, Y TE DESEA AMOR.

Solo un Deseo: “Qué Dios esté en todas las Almas”. Esto será doloroso para ti, la mayor parte de las veces (nó siempre), porque tendrás que vencer a tus pecados. Pero tu objetivo en la vida, es Hacerte tú, Santo, (nó el hacer santo a los demás). Tú vida tiene que ser un continuo buscar a Dios, y cuando le encuentres, será un continuo Amarle. Y cuando le Ames, también querrás que los demás le Amen como tú le Amas. ¿No quieres que todos conozcan a tu madre, y a tu padre, porque son unos estupendos padres, y tu casa es encantadora?. ¿No quieres enseñar a todos los amigos o conocidos, tantas cosas buenas que tienes?. Pero date cuenta de un detalle: ¡De cosas buenas que tienes!. Nó intentes enseñar a nadie nada que no tengas, y menos intentes enseñar o incluso obligar a otros que tengan aquello que tu ni aprecias ni quieres.

Tu labor empieza en ti mismo. Tu labor empieza en ti mismo pero nó por el prójimo (que nó es egoísmo) sino por ti mismo (que es Caridad). Esa misma Caridad que tienes contigo, te acercará a Dios, que te Ama, y así podrás ver también el Amor de Dios por ti. Ámate en Dios. En Dios y solo en Dios, nó te Ames por ti mismo, sino solo en el Amor que Dios te tiene como hijo que ha creado para su Amor Eterno y Completo, como el Amor de un hijo al padre y del padre a su hijo.

Y tu Amor se extenderá en ti, porque el Verdadero Amor, nunca queda encerrado en si mismo. Así Amarás también a tu prójimo, pero porque ese Amor que ya tienes, querrás que también otros lo compartan contigo.

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