Naranjas, veo que tu formación filosófica y teológica, la que recibiste siendo de la Obra (me imagino) ha sido muy bien aprovechada. A mi los grados de abstracción siempre me tuvieron sin cuidado. La filosofía no va conmigo, cuando hablo lo hago en sentido coloquial, no verifico si lo estoy haciendo con precisión filosófica y si digo que la fe es el don más preciado que tenemos y la moral nos ayuda a ganarnos el cielo, no se me ocurre pensar en la exactitud de mis palabras. Es verdad que con la fe nos salvamos como bien me dices, pero también la fe es un gran don y me gusta verlo desde esa perspectiva y con esto no digo una aberración. En fin, considero que tus oídos tan sensibles a la informalidad seguirán sufriendo si es que sigues en diálogo conmigo. Haré un esfuerzo en cuanto a la exactitud y medida de mis palabras aunque no creo que logre estar a tu nivel.

 Ruta me aconsejó en los últimos envíos que leyese el libro de Ma. Angustias Moreno, numeraria de por los años ¿60? Ella también es muy filósofa y exacta en sus términos, quizás haga muy buena migas contigo, creo que se entenderían muy bien. Leí, como te digo una parte mínima, y eso bastó para dejarlo, lo encontré tan lejano y tan ajeno, ajenísimo, a mis intereses que me aburrí sobre manera y sin ganas de leer más. Tal como me aburrió la disertación de Cooper y de Segundo en sus últimos correos . El tema de la libertad anda tan trillado en esta web que no dan ganas de seguir diciendo blanco cuando otros te responden negro hasta la muerte. Resumiendo, le contestaría a Segundo que lo que para él es falta de libertad para mí es signo de libertad. Hago oración porque quiero, nadie me lo impone, voy a misa todos los días porque quiero, nadie me lo impone, vivo un horario de vida familiar (comidas, tertulia y oración por la mañana) porque quiero, nadie me lo impone. Ese aire de víctima y “acogotamiento” que intenta poner en mi persona con su escrito es sólo eso: aire.

Perdona, Naranjas, estaba hablando contigo y me fui por las ramas.

Oye, así es que tienes una hija numeraria! Quien lo diría! Y la madre despotricando contra la Obra!! Me parece muy bien que te la lleves a tomar helados y si es en sábado aunque no sea para molestarla, no pasa nada! Qué afán de darle importancia a nimiedades! Creo que has puesto una nota de exageración (de madre) al contar lo de los helados, porque sabes que no es exactamente así. Si bien es una costumbre de familia no tomar merienda (que dicen ustedes, nosotros decimos loungh) los sábados como mortificación ofrecida a la Santísima Virgen, -mira tú que costumbre tan bonita!!- no pasa nada si por algún motivo (valga decir invitación de la madre) no podemos hacerla, igual seguimos queriendo y honrando a la Santísima Virgen como Madre nuestra que es. Bueno, Naranjas, te diré que me encantaría conocer a tu hija.

Besos

Calandria