Queridos Todos,

El día de ayer leí la actualización del lunes (29 de junio de 2009) y comprobé que el nivel de discusión en opuslibros es muy superior a mis pobres humanas y femeninas fuerzas. Me refiero al nivel de humor de la frase aquella de “el hombre es por naturaleza polígamo y la mujer monógama”, comparable sólo con las célebres frases de Satur y alguna que otra intervención de aquellas. Y como no puedo igualar tan elevado nivel, he decidido que lo mejor que puedo hacer es irme con mi música a otra parte.

Sin embargo antes de irme, quiero dejar algunas constancias que no sé si le sirvan a alguien, pero me sirven a mi...  

Cuando “topé” con opuslibros, me encontraba en algo que mis sicólogos (anteriores y posteriores) bautizaron como “depresión crónica”. La depresión estaba enraizada en algunas frases fulminantes que me repetía a menudo: “Dios me llamó desde toda la Eternidad para ser Numeraria, luego me envió una enfermedad para dejar de ser numeraria, entonces Dios me odia y se burló de mi”, otra frase era más o menos ésta: “yo pedía todos los días morirme antes que ser infiel: Dios me oyó y me envió la enfermedad y entonces, mi ‘infidelidad’ consta en haber pedido la muerte para escaparme de la ‘vocación’, entonces no valgo nada, perdí el sentido de mi vida, estoy viviendo de más”…y otras de ese estilo que ya cada cual se puede imaginar.

En medio de ese profundo estado de depresión, y con la seguridad de que Dios me odiaba porque no hacía que yo vuelva al opus a pesar de que iba casi acosando a las numerarias que conocía para que me ‘atiendan’, no me perdía un retiro, y tenía plan de vida (el sueño del apostolado… ¡y ninguna de dentro me tomaba en serio!), decidí ‘arruinar’ mi posible “re- ingreso” perdiendo la tan valorada virginidad, no en base al amor por otro, sino en el odio a Dios y a mi misma.

Así estaba, deprimida al infinito exponencial, odiándome no sólo por perder mi ‘vocación’ por una “enfermedad sicosomática” que se me quitó cuando dejé el opus (era estrés, para que lo sepan), sino por haberle dado mi cuerpo (no tan hermoso, porque pesaba más de 80 kilos en ese entonces, producto de la depresión) a alguien a quien no estimaba y no podría estimar nunca porque no puede amar a nadie quien no se ama primero a sí mismo (“… como a tí mismo” dice el Maestro), cuando de “pronoto” un viejo amigo de la universidad, me hizo llegar los links de ODAN y de Opuslibros, preguntándome si algo de lo que decían era verdad. Y leí, y me pasé varias noches leyendo y llorando, y riendo con Satur. Y le respondí dos líneas que más o menos decían “es verdad lo que dicen, no sabes cuánto bien me has hecho, gracias”.

Y empezó mi aventura “escribidística”, por ratos (años, meses, no lo sé) he sido infaltable en cada actualización de opuslibros, compartiendo mi sentir y mi pensar, incluso mi vida privada. He ido creciendo y curándome (¡curándome!) casi a la vista y paciencia de los lectores, que han sabido de mis amores, y desamores, han adivinado mi no planeado embarazo, y han vivido conmigo la alegría de mi maternidad.

¡Y he ganado amigos! No puedo ni imaginar qué sería de mi vida si no hubiera conocido a Agustina, a Cristina (Car…men), a Isa Sala, a Sancho, al loco del Tapatío, al sensato y sabio Dionisio (del consejo de los ancianos), a Sonsoles e Inés, a Carmencharo que es una fuerza de la naturaleza, a Lapso que me hizo reír tanto, a los que me acompañaron en mi embarazo con su amistad, consejo y pureza (y algunos chocolates), a los amigos de pocos correos, que compartieron su vida y su recuperación conmigo. También a los que nunca respondieron mis correos, a los que parecían mis amigos y sin embargo no lo eran. Todos y cada uno me han enseñado a ser mejor, a ser más “yo” y a estar bien, feliz, descomplicada, y riendo más.

Hoy estoy bien, no tengo nada qué aportar, sino qué agradecer. Porque gracias a opuslibros he sabido que no soy la única; que el echar a quien se enferma de estrés es una falta a la caridad, y no fue mi culpa; que una institución que falta a la caridad tan impunemente y ni siquiera me pide disculpas sino que además siguen faltando a la caridad hablando mal de mi, no puede ser de Dios, y por lo tanto lo que su gente diga no me afecta ni me interesa, porque a mi Dios me ama infinitamente y lo prueba día a día; que la labor de recuperación es trabajo de cada uno, y quizá puedo acompañarlos, pero no curar a nadie; que es decisión de cada persona ser mejor o peor después del opus, no podemos seguir siendo iguales (o peores) y excusarnos en el paso del opus en nuestras  vidas, ¡no! si después del opus y de leer opuslibros por años sigues siendo la misma mierda o peor, es tu culpa, de nadie más; que el haber pertenecido a una secta es fruto de mis elecciones pasadas, pero en mi presente mando yo y decido yo; que el verdadero amor es el de la familia que te cría, que te limpia los mocos, que te protege, no de una institución que te quiere perfecto y “en limpio” porque si no eres perfecto y estás es “borrador” no les sirves, y si no les sirves, no te quieren; que hay que olvidarse de las teorías que aprendimos en el opus y dejarnos guiar por la voz de Dios que habla en el silencio de la oración, y susurra en el corazón, y que lo único que importa es ser fiel a lo que esa vocecita nos indica.

He aprendido tantas cosas en estos últimos años que es justo decir que si no fuera por opuslibros, yo estaría por ahí varada a un costado de la vía de la vida, sin crecer, odiándome y odiando (es lo que toca)…

¡Cómo no voy a valorar, recomendar y cuidar esta web!

Entonces, merecen saber que me despido porque no tengo más que decir, y me “voy” porque pienso que no puedo seguir aquí con la misma lucha de siempre, diciendo cada cierto tiempo que considero absurdo e irrespetuoso que se publiquen escritos ensalzando o insultado una u otra religión (todas merecen respeto); que no concibo que haya personas que se crean mejores que otras por el hecho de seguir determinadas reglas; que soy humanamente incapaz de tolerar que alguien que no se pinta ni de lejos como un buen ser humano, juzgue la conciencia de otro ser humano que abre su corazón con plena confianza en las personas que lo leen…

No quepo en este escenario, y me despido, borro mi usuario, pero no mi nombre ni mi foto, y quien me quiera contactar sólo tiene que pedirle a Agustina mi correo y yo estaré feliz de recibir mails… ¡me encanta!

Ya no sólo envío saludos, sino un fuerte abrazo a cada uno, en especial a aquellos que celebran en público o en privado, el fin de mi participación, porque si no fuera por ellos, yo pensaría que vivo en el País de las Maravillas… y hace tiempo que dejé de ser “Alicia”.

Con cariño,

Emevé.

P.D. Si alguien quiere responder a este escrito, que se sienta libre de hacerlo, pero no me pida que lo lea, porque es posible que no regrese a leer opuslibros hasta que me pique la curiosidad… y no soy de naturaleza curiosa, por lo que puedo vivir mucho tiempo o para siempre sin venir. Si es algo urgente, opten por el mail. Gracias.

Nota de Agustina.- Querida Emevé, no creo que nadie celebre tu despedida, más bien al contrario. Y si alguien lo hace será la excepción. A veces, yo también creo que "no quepo en este escenario" y me siento incómoda por los escritos -pocos- que algún día tengo que colocar, de los que disiento profundamente. Si no los coloco: ¿censura?. Dilema. Apostaría a que has sentido "la soledad del corredor de fondo" -que no es real pero parece que lo es porque físicamente nos encontramos solas y solos antes el ordenador/computadora-. Espero -me encantaría- que, pasados el tiempo que te parezca bien y dándote cuenta de que lo que aquí aportamos cada una y cada uno es vital para muchos, regreses cuando te apetezca. ¡Besos! Agustina