Yo, pues no lo entiendo, sí ya se de mis limitadas entendederas, pero voy a intentar explicar las razones (ya sé que no tengo razón) de no entender lo que es tan evidente.
A una que soy yo, le gusta estar en misa y repicando, dicen que soy cooperatriz y les rezo, he repartido con gusto unas palms compradas en ebay a asociadas con ganas de organizarse y hasta di clases de catalán a un grupo de señoras inmigrantes, me gustaba, hasta que dejaron de darse o dejé de darlas –no sé bien-.
Mi amiga María cuando me dijo que me hiciera cooperadora me dio un papel en el que pude leer las clausulas; decía que yo debía hacer “moroles” lo del párrafo anterior y a cambio las chicas me ofrecían “formación”: círculo mensual, retiro mensual, curso de retiro anual y que rezarían por mi (esto último me molesta un poco, pero no puedo evitarlo, en el papel que leen diariamente hace treinta años ya indicaba algo sobre “benefactoribus nostris” creo que no está cambiado, ni traducido).
Pues nada que las chicas no cumplen lo estipulado y yo me quejo entre bromas pero no cuela; de hecho me fui con Marisé de “ícónito” a un curso de retiro a descansar: con mis apuntes de clase, mi portátil y unos libros, alguna meditación (mucho Juan Pablo II, bastante “Sanjosemaria” y poco “el actual Papa”) y Bendición y Misa (esto último bien, muy bien).
A mí, alma cándida, me preocupa que Javi cuando estuvo en Barcelona afirmara de forma clara y descarada ante la peña, en uno de sus colegios, que la educación diferenciada era lo mejor de lo mejor.
Yo, alma cándida, creía que no podía desde el podio y con micro afirmar una cosa como ésta.
A mí, alma cándida, me parecía que este era y es un affaire opinabilísimo y que tocaba callar.
Yo, alma cándida, pienso un poco y como que me parece que por parte de la Cofradía no es una asunto pedagógico, sino simplemente práctico, ya lo han dicho muchos en esta inocente paginita de marras.
Y, alma cándida, en qué consiste la practicidad; pues –buen rollo, eh!- aquí un profe, aquí un nume, aquí un amigo, aquí uno de fuera que se llama Rafael, más allá un agregado y hasta un super. Y todos a una.
Ay!, alma cándida, unos “cienes” de metros más arriba: aquí una profa, aquí una numa, aquí una amiga, aquí una de fuera que se llama Rafaela y hasta una supera a media jornada (que dice la Chinchilla que tiene que conciliar).
Dos colegios medio vacios, en lugar de uno con personal; más abierto a los 100 de nos interesan (muchos, muchísmos va y se lo creyeron, almas cándidas: que el que lo vio el 2 de octubre a veces bromeaba y ésta fue una de las infinitas gracietas ¿que no lo sabíais angelitos?: alegría y buen humor).
Si lo que se pretende es acercar al personal (todo el personal) al Jefe, pues vamos a ser sencillos y sinceros, no andaremos poniendo palos a nuestras ruedas ¿no había que abrir las ventanas? Y en primavera, ¡que horror!
Yo, alma cándida, pensaba que jugaban tres conceptos: el entrenamiento (no diré adoctrinamiento), militar; la enseñanza, escolar y LA EDUCACIÓN (familia, escuela y sociedad) y que como decía el señor Delors: Es un tesoro.
No sigáis mirándoos los ombligos, son todos diferentes (no diferenciados) y muy feos.
¡Salud, valientes!
Folies
