Definitivamente no me gusta nada comprobar el contenido de los últimos correos de alchile y haciendo referencia al escrito de Raul Lopez que no hace sino unir leña al fuego que ya hay en contra de la Obra. Pues así como ustedes sugieren y reafirman y “testimonian” que hay delaciones y todas las faltas afines a este tema dentro del Opus Dei, quisiera preguntarles, qué es si no delatar y en muchos casos difamar, lo que en Opulibros se hace al poner por escrito y publicar temas y situaciones delicadas dentro del Opus Dei confiados en su momento a quienes tenían el sagrado deber de guardarlos. Ustedes acusan en lo que precisamente caen.

También, querida Agustina, haces una advertencia de lo que a tu parecer está “institucionalizado” en la Obra, institucionalizado según tu opinión y la de tantos que se retiraron de la Obra hace muchos o pocos años, meses o días. Déjame decirte que no es así, según mi opinión que, bien sabes, no pretende ser la de una fanática.

Pienso que todos en la vida tenemos el “derecho” a equivocarnos, a hacer las cosas muy mal, a no vivir la caridad etc… etc… etc… sin fin. Los que estamos dentro del Opus Dei no somos la excepción, al menos yo, no me siento exceptuada, y muy mal que hago las cosas. Todos, los de dentro y los de fuera nos equivocamos y que tire la primera piedra quien no esté de acuerdo. Muchas veces en estas equivocaciones están presentes terceras personas quienes resultan dañadas, heridas, maltratadas. La vida es tan compleja, que no se puede atribuir el mal a una determinada persona, a un determinado acto, a unos determinados resultados. Resulta demasiado fácil mirar una determinada faceta en la vida de una institución por ejemplo y juzgar como si fuera un todo.

No, no es que quiera cerrar los ojos a una realidad tangible, me horroriza el modo como se da a conocer, cómo se trata y no porque quizás yo haya sido parte de esa realidad y haya hecho sufrir a terceras personas, sino por el modo tan descarnado y sobre todo generalizando, ¡generalizando! como se viene haciendo, llamándonos perversos a quienes estamos en el sistema Opus Dei. No estoy de acuerdo con las formas. Lo de menos es que nos llamen o no perversos, Dios sabe en dónde está la perversidad. Lo de más es que ustedes pretenden juzgar y “castigar” por cuenta propia. Somos perversos porque ustedes lo dicen?  No han pensado que quizás Dios a perdonado mucha o toda nuestra "perversidad"?

Calandria