Hola a todos:

Sobre el tema de los abusos, yo pido mucha prudencia y no perder el sentido de la medida.

El Opus Dei tiene virtudes y vicios como todo hijo de vecino. El problema es que quien lo fundó quiso que fuera perfecto, y para conseguirlo generó un gran teatro, que a veces pude ser una comedia y otras una tragedia.

Todos hemos sufrido el sinsentido de este montaje, y es preciso criticar lo que está mal, porque  quien quiera puede meterse a hacerse santo encima de un pino, que haga, pero que un "enviado" le coma el coco para que escriba una carta que no se sabe si le llevará al cielo de los beatos o a la desilusión más negra, me parece de gente irresponsable y cruel.

Pero quiero defender a la Obra de algo en que la considero inocente: existen todo tipo de controles para evitar que los deslices sexuales de los de "casa" se hagan con gente de la organización. La aparición de una conducta de estas características pondía en funcionamiento todas las alarmas, y se corregiría de inmediato. Yo estuve más de viente años en la Obra y jamás de los jamases vi indiferencia en este terreno. Conocí la existencia de situaciónes individuales irregulares y graves, y los directores nunca se hicieron " los suecos", como ocurrió con el episcopado de algunos países, y pusieron remedio.

Creo que en este campo intentan que la gente sea casta, el error está en  haber forzado al celibato y la castiad a gente a quienes no les va esto. La política que piten y luego veremos, me parece diabólica e indigna de gente bien nacida. Pero cada cosa en su sitio.

Un abrazo.

Rocaberti