Opuslibros - Carta abierta a Marta.- Dany

Dany :

Carta abierta a Marta

Estimada Marta:

Soy un escritor casual de este página. Como dije en mi correo del 30 de marzo fui numerario (ahí puedes ver algunos datos para que te sirvan).

He visto tu primera carta (22 de abril), la respuesta que le han dado una buena cantidad de personas (23 y 25 de abril), tu propia respuesta (25 de abril) y tu última reflexión (25 de abril).

Te quiero contar, como amigos, algunos datos de mi historia (no me interesa que se conozcan detalles, sólo hechos que son similares a miles de casos). Me hice de la Obra a temprana edad, aunque alguien me comentó eso de que "mejor no le digas nada a tus padres", no hice caso y se los dije antes de hacerlo. A mi mamá le dio mucho gusto, mi papá pensó que era muy pequeño, me hizo reflexionar, pero me dejó libre. Finalmente, para eso me educaron. Pedí la admisión. Debo señalar que los dos son Supernumerarios. Mi padre, en reiteradas ocasiones, me dijo que nunca olvidara que, finalmente, él seguiría siendo mi padre. Años después fue el primero en saber que quería dejar la Obra y me dio su apoyo como cuando entré. Hoy, con cariño, de vez en cuando me facilita un libro o me da un consejo oportuno con respecto a mi vida interior, somos buenos amigos.

Al año de pedir la admisión, me di cuenta que no era lo mío, pero ya estaba ahí era para toda la vida. Pedí la admisión formal (de aspirante que era) negando interiormente, lo mismo con la Oblación y lo mismo con la Fidelidad (son etapas jurídicas en las que se renueva la entrega en la Obra, la Fidelidad es el definitivo); en todos hice una negación interior de seguir, pero dije que sí quería. Esta situación, más unos antecedentes familiares (de depresión) que desconocíamos todos, más exceso en las actividades que desarrollaba (Terminando la Universidad, La Tesis, Trabajo para vivir, Servicio Social, Puesto de Dirección en el Centro, Actividades Apostólicas, etc.), llevaron a debilitar mi salud. Estuve muy enfermo y odié el Opus Dei. En ese tiempo pedí ayuda a mi padre que me tendió los brazos. Y no fue el único, otro amigo hizo lo mismo. Luego mi madre estuvo conmigo en el duro paso de dejar el Centro. Luego muchos amigos del Opus Dei.

Con los meses, la salud se empezó a restablecer, pero yo ya tenía la idea clara. Fue muy duro, pero salí adelante. Aprendí a comprender a las personas. A comprender el dolor ajeno.

Te recuerdo que estoy contando mi caso (y junto con el mío te puedo contar de varios con los que convivo con frecuencia), entiendo a los que escriben en estas páginas, en algunas cosas estoy de acuerdo, en otras respeto su punto de vista, en otras, respetando, se deja ver dolor, mucho dolor por el cual dejo correr tiempo y luego haré comentarios. Desde hace varios años, desde antes de dejar el Opus Dei, he dejado de ser "anti" lo que sea (anti-abortista, anti-racista, ant....), o soy pro algo o tomo lo que me sirve y lo que no, el tiempo lo dirá (pro-verdad, pro-vida, pro...); con la Obra tomo lo que me sirve para mi vida. Lo demás, dejó de ser mi problema. Si me piden mi opinión la doy, si no, sólo escucho.

Me casé hace algunos años y, como bien dices, sigo mi nuevo camino y soy muy feliz. Tengo un hijo y lo disfruto mucho, me gustaría tener más pero Dios no los manda aún. Hace unos meses estuve de visita en el Centro que dejé el Opus Dei hace ya varios años. Ahí viven los que vivían entonces. Fui con mi esposa y con mi hijo. Pasamos unos momentos estupendos. Uno de los sacerdotes me dijo, en voz baja: "qué bien te ves, sin duda alguna, eres feliz". Ya conté otras historias en mi correo del 14 de abril pasado (la primera parte fue un error de "entendimiento", ya pedí disculpas).

Mira Marta, me fue muy mal, pasé una enfermedad que me hundió bastante. Salí de la Obra y me curé... aún así me pregunto ¿por eso yo - lo demás que hagan lo que les dice su conciencia - voy a decepcionarme de la Obra o decir todo lo mal que me siento? Y mi respuesta es contundente: No. Y mis razones las tengo. Para mi balance, 11 años en el Opus Dei enriquecieron mi vida.

No decaigas en tu ánimo. Somos muchos los que hemos dejado la Obra. Unos lo han pasado peor que otros; otros son felices; otros simplemente han pasado. De aquellos primeros unos creen que deben, con rectitud de intensión, decir y señalar los errores de la Obra; a otros, como a Satur, le gusta reírse clavando un poco la daga; a otros hacer largos escritos con textos del Fundador y expresar lo que opinan de ellos o darles una interpretación (perdón, pero en algunos casos se manipula un pelín); a otros nos interesa escribir para decir lo que decimos; a otros ni les interesa escribir y siguen su vida (estos son la mayoría de los que yo conozco).

Hace poco más de un año, estaba con una persona que conocí por razones profesionales, un abogado, y me contaba lo mal que le había ido en su matrimonio (el primero) y lo mal que le había ido con su segundo matrimonio. Era un convencido que el matrimonio era una pérdida de tiempo, de dinero y de salud, ¡una porquería!; qué contraste, yo soy feliz. También conocí otros casos, los más, que les ha ido mal, pero no lo dicen o la minimizan; sus motivos tendrán.

Si tú, o cualquiera, quiere mi correo, pueden pedirlo a las orejas. No prometo responder rápido pero lo haré.

Sé que tal vez a algunos no les guste mi correo, bienvenidas las críticas. Esta página admite correos de todo tipo y los felicito por ello, lo importante es decir, en conciencia, la verdad.

Marta, cuídate, te mando un beso y lo mismo para todas y un abrazo para todos.

Dany.

Publicado el Monday, 26 April 2004