Me dio mucha alegría leer el anuncio de Agustina de que no se van a publicar en esta web más escritos que no tengan que ver con el Opus Dei. Es lo suyo. Entiendo no obstante que en ocasiones las cosas se polaricen hacia otros temas que no son directamente el objeto de esta web, como el tema de la Iglesia Católica o la defensa de las propias creencias o no-creencias. A fin de cuentas el Opus Dei es una institución de la Iglesia Católica y es este catolicismo militante el que le sirvió de aval delante de muchos de nosotros, y el que utilizaron para “convencernos” de su autenticidad, de su bondad, y finalmente de su validez/necesidad si hablábamos en términos de salvación eterna. Es decir, que en muchos casos fue el gancho que utilizaron para que entrásemos en una organización que curiosamente a algunos les llevó con el tiempo (no tanto tiempo en ocasiones...) a abominar de dicha Iglesia.

No debemos olvidar tampoco que la Iglesia Católica ha aprobado los estatutos de dicha organización (el Opus Dei) dándole con ello un espaldarazo definitivo, la ha dotado de todas las figuras jurídicas por las que ha pasado a lo largo de su historia incluida la actual, e incluso ha canonizado a su santo Fundador poniéndole de esta forma de ejemplo a imitar por el resto de los católicos. La Iglesia católica, a través de sus Obispos, permite que el Opus Dei haga su labor de apostolado y proselitismo salvaje con menores de edad en medio mundo como si nada. El Papa mismo va a Australia y se hospeda en un centro del Opus Dei, con la cantidad de lugares que habrá para que el Papa pueda hospedarse en un país como Australia, y por favor que nadie me diga que es una elección inocente: en la política vaticana nada es inocente, todo es pensado y estratégicamente calculado. Confío en que no se catalogue esta afirmación de ataque a la Iglesia Católica, porque solo pretende ser una descripción de algunos hechos, aparecidos en la prensa por otro lado...

Todos estos hechos son reales y fácilmente contrastables, y a mi modo de ver constituyen solo algunos de los motivos por los que me parece que sí, que algo sí tiene que ver la Iglesia Católica con el tema que nos ocupa en esta web, a saber el Opus Dei y los efectos colaterales de sus agresivos modos de hacer apostolado y proselitismo.

Estoy muy de acuerdo sin embargo en que esta web no es una web cuyo objetivo sea atacar a la Iglesia Católica. Pero me parece evidente y ya lo he expresado en anteriores ocasiones, que de las acciones libres de cada persona y de cada institución se derivan unas consecuencias y por lo tanto unas  responsabilidades (y sí, ya recuerdo que este tema de la responsabilidad personal de cada cual tampoco es un tema de gusto en estos pagos; lo dejamos aquí...). Para mí, para el Opus Dei, y para la Iglesia Católica. Y cuando desde esta web se pide en voz alta que la Iglesia Católica se manifieste al respecto de algún punto concreto en relación a una de sus instituciones más poderosas (el Opus Dei), o se le recrimina el mirar hacia otra parte cuando sus hijos (hijos de la Iglesia, no del Opus Dei) le solicitan ayuda a gritos, o cuando se deja entrever la responsabilidad (a depurar...) de la Iglesia Católica en el hecho de que se sigan dando actividades rayando lo ilícito en el Opus Dei, no se puede decir que se está atacando a la Iglesia Católica, sino que se le están pidiendo responsabilidades, porque las tiene.

El Opus Dei y su actividad apostólica y proselitista (que son a efectos prácticos la misma cosa) no pueden entenderse fuera del paraguas protector de la Iglesia Católica, y por lo tanto me parece lo más normal que la Iglesia Católica aparezca en esta web día sí y día también. El mismo Opus Dei se agarra a que es una institución aprobada, amparada, y protegida por la Santa Madre Iglesia (católica) para defenderse de cualquier tipo de acusación que se le haga al respecto de lo que sea. Sin ir más lejos podemos recordar el contenido del debate en Telecinco (España) al que asistió la coordinadora de esta web hace no muchas semanas.

Me ha gustado mucho el escrito de Elena (Aquilina) acerca de este tema. Como siempre se expresa con mucha mesura y a la vez refleja sin ningún complejo lo que lleva en el corazón. Como me precio de ser amiga suya puedo dar fe de que lo que dice es cierto. Estoy de acuerdo con todo lo que afirma y lo suscribo.

Como si no hablo del Opus Dei no me publicarán este escrito, vamos a hablar del Opus Dei...

Cuando yo me hice del Opus Dei a través de manipulaciones y engaños de la más baja catadura moral, me enseñaron... No, empiezo otra vez. Cuando yo me hice del Opus Dei a través de manipulaciones y engaños de la más baja catadura moral, me hicieron creer que al Opus Dei, de cien almas le interesaban las cien. Yo me lo creí, lo reconozco, inocente que es una... Pero al muy poco tiempo (tanto como un par de semanas después de pedir la admisión) me empecé a dar cuenta de que eso era una falsedad del tamaño de los Himalayas. Al Opus Dei solo le interesan las personas que puede captar para su institución y/o las que le son útiles por alguna razón poco honesta (ej: el señor indio hindú con un bonito turbante naranja sentado en la primera fila de una tertulia con el Prelado, y que luego aparece en todas las fotos como claro ejemplo de la universalidad de los apostolados del Opus Dei).

Esta simple cuestión de darse cuenta de la falsedad del “de 100 almas nos interesan 100” está en la base de la decepción de miles de personas respecto del Opus Dei. Este leit motive fue en muchos miles de casos una razón de peso para ilusionarse e identificarse con la misión del Opus Dei. Cuando se demostró falsa el castillo de naipes empezó a desmoronarse.

Cuando dejé el Opus Dei, de repente se me abrieron los ojos y descubrí que la Iglesia era una cosa distinta al Opus Dei, gracias a Dios. Me di cuenta de que en la Iglesia cabían todos, que la Iglesia era madre, que había un camino amplio por el que cada uno podía andar a su manera. Aprendí que la Iglesia no hacía distingos entre las personas, que la parábola del hijo pródigo era cierta, y no solo eso sino que una no se sentía rechazada por el hecho de no ir a Misa o de no reconocerse católica. Yo lo aprendí en primera persona, porque esa era mi situación. No me lo han contado ni es una elucubración ni un bonito sueño. Es decir, que aquí SÍ, de 100 almas les interesaban las 100.

Pero con el paso de los años, y gracias a mi participación en esta web, viene una a desayunarse con cosas como esta que nos dice Heraldo: “Lo voy a decir directamente y sin rodeos: si quienes tengan el deber de revisar al Opus Dei leen opuslibros y llegan a la conclusión –falsa, pero posible- de que sus colaboradores son ateos o agnósticos, opuslibros perderá inmediatamente su valor testimonial. La base está en el argumento de que nada puede aportar a la fe quien ha renegado de ella”. Está bien, yo personalmente aprecio a Heraldo y leo con gusto sus escritos desde hace tiempo, y le agradezco que me haya abierto los ojos a la realidad. Resulta que al final va a resultar que este castillo de naipes también se empieza a tambalear. Vale, lo acepto, la vida no deja de sorprenderte. Pero no deja de ser curioso el paralelismo innegable con lo que ocurre en el Opus Dei: que no es tampoco cierto en este caso eso de que de 100 almas nos interesan 100, o por lo menos no nos interesan las 100 igual...: nos interesan más las que son de nuestra cuerda. Y parece ser además, que al igual que ocurre en esa institución de la Iglesia Católica que es el objeto de esta web, la gente de a pie ve y hace las cosas de una forma... y los dirigentes de otra... (menos mal...: como decía aquel, “siempre nos quedarán las bases”).

O sea, que para la Santa Madre Iglesia las personas no somos todas iguales, sino que son más los que son como ella dice que tienen que ser, los que creen lo que ella dice y obedecen lo que ella manda. Para la Iglesia Católica han sufrido más los suyos que los de fuera. Son más dignos de crédito los testimonios de los suyos que los de los que no somos suyos. Es más, que el hecho de que los que no somos católicos (no nos sentimos católicos, dejémoslo aquí, no entremos por favor en el carácter de los sacramentos ni nada de eso vale?) opinemos en esta web, argumentemos, demos testimonio de nuestra vida, nos declaremos no católicos, o agnósticos, o ateos, le quita... qué?, prestigio a esta web?, credibilidad?,... peso político, vamos a hablar claro del todo?. De qué estamos hablando entonces, de personas libres todas iguales en dignidad (lo que incluye en capacidad de dar testimonio) e hijos de Dios, o estamos hablando una vez más de piezas de ajedrez del tipo peón manipulables y utilizables ahora por unos y luego por otros, eso sí, siempre con las mejores intenciones y para la salvación de nuestras respectivas almas?. A qué es que me suena todo esto...?.

Tengo amigos diplomáticos que me dirían sin duda que esto que voy a decir no es políticamente correcto, pero es que yo no estoy aquí para hacer política de ningún tipo, y no se me pasó jamás por la cabeza dedicarme a la diplomacia, así que voy a decir lo que siento que debo decir. No entiendo a qué estáis jugando, y por lo tanto no voy a participar de este juego. Cuando salí del Opus Dei aprendí que nunca más, si me doy cuenta, me voy a dejar utilizar ni manipular por nadie. ¿Qué se supone que debe hacer uno para que le publiquen cosas en esta web, para que el testimonio que una da de la propia vida tenga un peso relativo aceptable?, mostrar una imagen perfectamente estudiada de ser “aséptico”, que ni siente ni padece, ni sabe ni opina de según qué temas en los que no "conviene" que se sepa lo que realmente siente?. Qué hacemos los que no comulgamos con la Iglesia Católica? (muchos...), nos quedamos discretamente agazapados sin manifestarnos ni opinar al respecto cuando salen este tipo de temas, para que nadie se dé cuenta de que existimos y de que no pensamos igual? (los hay a montones que hacen esto, perderían el status...). ¿Jugamos a elucubrar sobre el sexo de los ángeles evitando mojarnos lo más mínimo en temas que nos toquen el centro de nuestras creencias o no-creencias para no ser catalogados de “incómodos” o “kamicaces” y perder peso en esta web? (montón de ellos también...).

Pues a mí esto no me va, chicos, lo siento. Yo soy como soy, para bien y para mal, y no tengo el más mínimo complejo de inferioridad por ello, como tampoco de superioridad. Y con la misma mirada os miro a cada uno de vosotros: me es indiferente del todo en qué creéis y en qué no, si estáis dentro o si estáis fuera (del Opus Dei..., aunque de la Iglesia tampoco) eso no quita ni un gramo de credibilidad a vuestros testimonios ni a vuestras opiniones. Yo estaré de acuerdo con ellas o no, pero las respeto exactamente igual que a las mías propias. Ah!, cómo, que es que yo soy muy rarita....?. Pues tal vez sí, qué le vamos a hacer...

Ahora, mientras participe de esta web voy a seguir manifestando mis opiniones desde el máximo respeto a todos pero desde la autenticidad de quién soy a día de hoy. El día que consideréis que mi presencia y mis opiniones son perjudiciales para el tono general que queréis dar a esta web, por favor me lo decís abiertamente y me largo. Cero problema, creedme. Y si queréis hacer como el Opus Dei y borrar el rastro de mis escritos para recuperar el tono del cargo y posición que ocupáis o pretendéis ocupar, sentiros libres de hacerlo. Pero mientras esté aquí a mí nadie me dice lo que procede y no procede decir, sentir, opinar, creer, ni expresar. Y nadie me dice con un mínimo de solidez querido Heraldo (y mira que me sabe mal que hayas sido precisamente tú el que hayas dicho esto), que mi testimonio tiene menos valor que el de otro por el hecho de que no soy católica (en gran parte gracias a mi paso por una querida y abiertamente protegida institución de la Iglesia Católica como es el Opus Dei; y por cierto esta es una de las cosas que realmente siento que tengo que agradecer al Opus Dei).

Cuando escribes cosas como esas Heraldo lo único que consigues (al margen de mantener el tono de la web) es reafirmarme en el sentimiento de que estoy muy bien donde estoy... No quiero tener NA-DA que ver con una institución para la que el testimonio de las personas vale en función de que crean lo que ella dice que hay que creer (me da igual que hablemos del Opus Dei, de la Iglesia Católica o del sursum corda...). Cómo alguien que dice hablar en nombre de Dios puede hacer esto???. Me escandalizáis hasta lo más profundo, créeme.

En otra ocasión me vi involucrada en uno de esos debates acerca de las creencias o no creencias en esta web. Mi intención entonces no era en absoluto defender mi posición al respecto, que no veo por qué tengo que defender principalmente, además de que no sea este el lugar de hacerlo. Lo que me movió a participar no fue tampoco el atacar de ninguna de las maneras a la Iglesia Católica, porqué querría hacerlo..?. Fueron afirmaciones semejantes a la de Heraldo que nos ocupa ahora, las que me hicieron participar, porque igual que ahora me dolieron profundamente. A mí me parece que a cualquiera que sepa quién es y viva su ser quien es sin complejos, le tiene que hacer daño que le digan que su testimonio vital vale menos precisamente por ser él como es. Pero mi dolor por grande que sea tiene una importancia microscópica (y como no soy católica para algunos de vosotros todavía menos, supongo). Lo realmente grave es el origen del mismo: el dejar patente y evidente que la Iglesia Católica considera y valora a las personas y por lo tanto sus testimonios y sus sufrimientos en función de lo que creen. Es decir, igual que el Opus Dei. De qué nos sorprendemos entonces....?. Heraldo: gracias, me has abierto los ojos.

Menos mal que el corazón de Dios y su Amor son infinitos...

Isabel Sala