De Galicia a los altares

Arranca el proceso de canonización de la gallega Encarnita Ortega, una de las primeras mujeres en entrar en el Opus Dei

Faro de Vigo 

Encarnita Ortega Pardo podría ser la próxima gallega que ascienda a los altares. Esta misma tarde arranca de manera oficial en Valladolid el proceso de canonización de esta vecina de Pontecaldelas (Pontevedra), una de las primeras mujeres que ingresaron en el Opus Dei. Un tribunal eclesiástico integrado por varios religiosos de la archidiócesis vallisoletana tendrá que decidir, en los próximos meses, si esta "sierva" de la Obra, amiga personal de José María Escrivá de Balaguer, ha hecho méritos suficientes -las denominadas "virtudes heroicas"- para ser digna de culto universal. El Vaticano tendrá, como siempre, la última palabra.

MARÍA DE LA HUERTA - A CORUÑA Tras varios meses de espera y no exento de polémica, esta tarde arranca de manera oficial el proceso de canonización de la gallega Encarnita Ortega Pardo, una de las primeras mujeres que ingresaron en el Opus Dei. La causa, auspiciada por el arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez Plaza, pretende reconocer el trabajo realizado por Ortega Pardo, durante más de medio siglo, en el seno de esa institución de la Iglesia católica. Un tribunal eclesiástico, integrado por varios religiosos de la archidiócesis vallisoletana, tendrá que decidir, en los próximos meses, si esta gallega, natural de Pontecaldelas (Pontevedra), ha hecho méritos suficientes para subir a los altares. Y lo hará tras escuchar el testimonio de las personas que compartieron su vida y trabajaron con Ortega Pardo, tanto en España como durante su estancia en el Vaticano. La última palabra, sin embargo, saldrá de boca de la Santa Sede.

Encarnita Ortega Pardo nació en Pontecaldelas (Pontevedra), en el seno de una familia de clase media. Su padre, que trabajaba como telegrafista en Zaragoza, fue destinado a Galicia, donde conoció a Manolita Pardo Valdomar, natural de Corcubión, con quien contrajo matrimonio. De esa unión nacieron tres hijos, Teresa, Encarnita y Gregorio, que pasaron sus primeros años de vida en las Rías Baixas.

Posteriormente, la familia se trasladó a Teruel, donde se vio sorprendida por la Guerra Civil. Cuando el Ejército Republicano controló la ciudad, Encarnita fue detenida junto con su padre, su hermana y una tía.

Al finalizar la contienda, los Ortega Pardo dejaron Teruel y establecieron su residencia en Valencia. Allí, Encarnita conoció a Jose María Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, con quien rápidamente entabló una estrecha relación de amistad que se mantuvo intacta a lo largo de toda su vida. De hecho, fue la primera mujer llamada a declarar en el proceso de canonización del patrono de la Obra.

De la mano de Escrivá de Balaguer ingresó en el Opus Dei, y junto a él partió hacia Roma, donde participó activamente en tareas de evangelización promovidas por la Obra. Un turbio asunto familiar, sin embargo, forzó su regreso a España, a principios de los años 60. Tal y como explica el periodista Jesús Infante, en su libro La cara oculta del Vaticano, su hermano Gregorio fue detenido en Venezuela tras ser acusado de varios delitos de robo y estafa.

Inmediatamente después, Encarnita hizo las maletas y se instaló en Barcelona, donde empezó a trabar en la escuela de Hogar y Arte. Al año siguiente se trasladó a Oviedo, donde colaboró en la puesta en marcha del centro de Formación Profesional Montealegre y empezó a interesarse por el diseño textil.
Durante su estancia en la capital asturiana, Encarnita organizó diversas actividades en el ámbito de la moda, como las Jornadas de Diseño y Moda, que contaron con la colaboración de numerosos profesionales del gremio: modistos, diseñadores, propietarias de boutiques, etc.

En septiembre de 1973, Encarnita Ortega Pardo se instaló definitivamente en Valladolid, donde permaneció hasta su muerte, casi 25 años después, a causa de un cáncer. Sus restos mortales descansan en esa localidad.