A Atómito.

Querido Atómito, me pones en una posición muy difícil al obligarme a responder a tu último aporte porque me mueves de mi cómoda posición de “dejar ser” y eso siempre implica un desgaste energético (jaja) pero siento que debo hacerlo. Empiezo por lo simpático: me encantan las fotos que pones. Siempre las veo, supongo que es tu profesión, y lo haces genial (a mi humilde parecer). Y por una u otra razón sé de dónde eres, en dónde vives y veo a veces tus fotos con reinas de belleza y sonrío. Y es verdad que no te conozco ni jamás te he hablado ni tú a mí...

Ahora veamos. Has asumido por alguna razón -que no entiendo- que yo planteé en algún momento un conflicto razón vs sentimientos en la manera de ver el mundo y buscar la verdad. No entiendo cómo has podido asumir eso si mis pesados escritos los lees en diagonal y yo entiendo que para plantear una posición seria y opuesta a alguien lo primero que hay que hacer es darle una leída más o menos profunda y pacientemente. Si no lees y te opones igual, lo entiendo y lo respeto, pero no podrías pedir que se asuma que estás siendo racional: “me opongo a tí porque me aburres” no parece ser una forma de argumentación racionalmente sólida (aunque el aburrimiento sea real y la oposición también). Es más, si analizas racionalmente mis escritos [ 1] [ 2] [ 3] es posible que te equivoques nuevamente, porque están hechos para ser leídos con el corazón, tienen en su origen un deseo de despertar una curiosidad de búsqueda íntima y personal en la que la razón no tiene cabida porque no se la di (salvo en lo necesario: estructura, ortografía y cosas de esas).

Hoy, lo que yo he hecho es leer tu último escrito, el anterior no lo leí porque no estamos en la misma sintonía y de hecho yo no sólo uso el diagonal sino que paso de largo (luego de ver las fotos bonitas, claro). Isabel me pidió que comentara algo pero le dije que no lo haría. No lo hice porque me sonaba a que yo hablo aymara y tú chino o algo así: ambos idiomas respetables y maravillosos, pero diferentes. Y ese día (y hoy tampoco) no me sentía con fuerzas para emprender el trabajo de leer en chino y entenderlo y encima opinar sobre ello.

En lo que sí leí, me quedó claro que opinas y sustentas que para buscar la verdad la única opción válida es usar la razón. No discrepo, complemento: mi posición es que para conocer la verdad hay que usar todas nuestras potencias (la razón también), dejando que cada una haga su trabajo lo mejor que sabe por más humilde que este parezca porque es igual de importante (por ejemplo para mi el olfato es esencial).

Pones como ejemplo para sustentar la supremacía de quienes actúan de acuerdo a la razón por sobre los que se llevan por el corazón el que Bin Ladem fue feliz cuando cayeron las torres gemelas. Imposible que discrepe con eso, porque no tengo forma de saber si fue o no fue feliz. Es más, pienso que al afirmar eso, tú no estás usando la razón o quizá me puedas explicar ¿en base a qué argumento racional eres capaz de determinar el sentir del corazón de un ser humano que no conoces y a quien no tienes enfrente? No creo que lo tengas. Es más, creo que lo de la felicidad del terrorista lo has adivinado porque te parece que el tipo es un extremista, piensas que él planeó el ataque y por eso asumes que su corazón vibró de felicidad al cumplirse el plan. Pero no pasa de eso, de una intuición, de una adivinanza, de algo que tu corazón te sugiere. Y ya estás entonces viendo el mundo no desde el lado puramente racional, sino desde el corazón, lo que es genial.

(De paso, no ceo que los extremistas se dejen llevar por el corazón en absoluto: creo que no escuchan su sabiduría interior sino que se dejan llevar por su “todo-mente” que está controlada por algún director Mesías o alguna fé mal entendida por una razón alimentada con argumentos racionales y lógicamente compactos, basados en mentiras).

Pero digamos que yo soy más ignorante, y no sé que existen 350 argumentos racionales que demuestran que Bin Laden sintió en su corazón verdadera felicidad cuando reventaron las torres gemelas. Un grado de felicidad sólo comparable con un niño comiéndose un helado, o quizá con una vaca mascando pasto verde y jugoso. Puede ser, yo no estoy al tanto de estudios científicos que seguro que tú sí. Asumiendo esto como cierto, mi pregunta es ¿qué tengo que ver en esto? Es decir, me veo mencionada en dos escritos sobre la búsqueda de la verdad cuando de lo que yo hablé desde siempre es de la búsqueda de la felicidad y sobretodo de la reconstrucción personal después de salir de una secta (el opus). Como decimos en mi tierra “no podemos comparar papas con camotes”.

Para ser exacta, me pasa lo mismo que dices que le pasa a Isabel: estoy hablando de mi mundito, y hablo de cómo he hecho para reconstruir ese mundito y a partir de allí, la manera cómo me enfrento y cómo me tomo yo (me, myself) la vida y que este camino absolutamente mío me ha llevado a mi felicidad y por tanto contaba mi experiencia para que le sirva a alguien más (haciendo una especie de inducción). Y que alguien más (quien fuera) aparte de ser un brillante argumentador, sea también (por qué no) una persona feliz. Y usé ejemplos para “despertar” o para llamar la atención, cosa que me ha salido redonda, porque me dio pie a escribir 3 veces, y algunas más siempre sobre lo mismo, mira tú, y yo también tengo ocupaciones.

Y ya está: estoy hablando desde un punto de vista personal sobre algo también muy personal (la felicidad). Y no niego en ningún momento la utilidad de la razón para las cosas para las que sirve (como analizar el opus desde el punto de vista de la doctrina católica, por ejemplo) pero sí que les digo que si así como escriben sólo de cosas racionales-intelectuales, también viven y construyen sus munditos, es posible (es más, yo lo percibo) que no se reconstruyan, no perdonen, no dejen el pasado, no avancen, en resumen, se estén perdiendo la felicidad en sus vidas y si yo escribo es porque confío en que de una u otra manera puedo hacer una diferencia en sus respectivos “despertar” o por lo menos siento que esa es mi función hoy por hoy y la cumplo encantada.

Y tú, Atómito (artista maravilloso), estás hablando de la búsqueda de la verdad como una entidad fuera de uno mismo, estás hablando de algo que posiblemente has estudiado, no de algo que sale de tu interior. En resumen, estás hablando de otra cosa y es posible que tengas razón. No lo dudo, ni tampoco me ocupa el tema. Sólo quería decirte que si quieres decir que yo estoy equivocada en mis planteamientos, sería conveniente que los conozcas. Y si lo que querías era plantear tu tema y usas como excusa lo que yo escribí y leíste en diagonal, perfecto, pero sólo quiero que tengas en cuenta tú (y nuestros lectores) que simplemente no estamos hablando el mismo idioma y por tanto no hay cabida a discrepancias, ni enojos, sí, en todo caso a complementarse y finalmente, que cada caminante siga su camino. 

Supongo que mientras más personas toquemos el tema, más amplio será el “público” al que lleguemos y por ende mayor la posibilidad de que alguien que necesite tus palabras (las de Isa, las de Dionisio, las de Asunta, las de Ana, las de quien fuere…) las tenga “a mano”. Todos podemos hacer una diferencia en el mundito de alguien y eso es –para mí – lo maravilloso de participar de esta web.

Un fuerte abrazo Atómito, y saludos a todos.

Emevé.