Aunque soy periodista, sólo he trabajado un par de veces en televisión y siempre como guionista o redactora y, de eso, hace más de 15 años. El medio televisivo delante de las cámaras, no lo he vivido. Pero sí sé que hoy la audiencia para mantener un espacio en antena es muy importante y la audiencia está relacionada, para bien o para mal, con lo “explosivo” o “espectacular” del contenido. Es obvio que un debate tranquilo donde unos se cedan la palabra a los otros (contrarios o diferentes en opinión) no existe, al menos en las diferentes cadenas de televisión españolas.

Aún sabiéndolo pero olvidándolo al mismo tiempo, fui al debate de La Noria habiéndome preparado un pequeño guión, unas breves citas textuales (de los documentos internos) que pensé podría leer e hice ejercicios de vocalización delante de un espejo (prohibido reírse J más de la cuenta) para tener respuestas si me desconcertaban los focos, o el pensamiento de que me podrían estar viendo muchas personas (tantos amigos de opuslibros, mi madre, mi familia,...) o el agotamiento de haberme despertado a las 5 de la madrugada del mismo sábado y no haber logrado durante todo el día, olvidarme de hacer un papel digno ante la responsabilidad de hablar del opusdei.

Es curioso cómo las personas que tienen que debatir una postura –da igual la que sea- están preparadas para debatir la postura opuesta si la dirección del programa se lo indicara la semana próxima. Dos de ellas son profesionales de los medios. Cuca García Vinuesa y Paloma Gómez Borrero. De la tercera, Rosa, no es profesional pero sí incondicional del opusdei, y ella confirmó que la ignorancia es muy atrevida.

Antes del debate televisivo, estuvimos en una salita hablando de todo menos del opusdei y con buen feeling, es decir, que no hubo suspicacias ni personales ni doctrinales. Como si fuéramos amigos o al menos, conocidos, de toda la vida. Y buen rollo.

En cambio, con los que estuvieron a mi mismo lado de “atacar” al opus, no tuve oportunidad de intercambiar pareceres. Verstringe va a piñón fijo. Con María Antonia Iglesias intercambié dos minutos de conversación cuando ya estábamos en el plató antes de que nos dieran paso y he de decir, honestamente, que estaba muy bien enterada del tema opus.

A lo que iba. De las dos “contrincantes”, terminado el directo, le dije a una de ellas: ¿Y por qué me has llamado “rebotada”? Me contestó. “¡Hija, es que en este tipo de programas si no dicen cosas así, no funcionan... Tiene que haber polémica! Pero dime cómo te localizo que tenemos que quedar para comer un día”. La segunda, yéndonos ya por esos largos pasillos de Tele5, me apuntó: “Sólo he estado una vez en un retiro del opusdei al que me invitaron y a continuación les dije: “ni se os ocurra invitarme otra vez, esto no es lo  mio ni me interesa.” Y a Rosa, a la que no le deja el opusdei que sea del opusdei, le confesé: “¡Rosa!, ahora tienen la Campaña de los 500. Vete a un centro de la obra y diles que sabes que buscan 500 vocaciones y que ya no te pueden negar, por lo menos, a hacer la prueba. Después de unos meses, las directoras te dirán si tienes o no tienes vocación, pero si no entras ahora que están abiertas de par en par las puertas para entrar, no lo vas a tener tan fácil nunca. Las directoras te dirán si tienes o no tienes vocación pero sería muy injusto que con tanto defender al opusdei no te dejaran entrar...” 

Y esos fueron los interiores del debate de La Noria de Tele5.

Un abrazo,

Agustina