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 Tus escritos: Más recuerdos y pensamientos.- Lobisome

010. Testimonios
lobisome :

Hola a todos.

Llevaba ya un tiempo sin escribir, pero procuro mantenerme informado de la correspondencia que vais publicando. Me gustó mucho -como siempre- la colaboración de Emevé, con quien creo tener en común algunos puntos de vista. Y me llamó la atención ese hecho de la “intelectualización” que comentaba, y que yo mismo he vivido en mis propias carnes como numerario. Esa soberbia intelectual (más o menos justificable o justificada) que sobrepuja a mucho de lo demás. Uno de los problemas que tuve cuando comencé mi camino de regreso al mundo real fue ése: darme cuenta de que la gente de verdad no es así. Tan sólo son así en ambientes académicos, y no siempre, y depende, y demás. Como numerario tenía mucho que estudiar, y el prestigio académico era importante, porque indicaba un presunto futuro prestigio profesional. La santificación del trabajo (intelectual, en mi caso: fui un joven intelectual católico -creo que ahora no soy ninguna de las tres cosas)... Por cierto, la ética del Opus siempre la vi cercana al Calvinismo (no he logrado encontrar el magnífico escrito que la comparaba con el protestantismo)...

Y yo creo que es mucho más importante aceptarse, y aceptar de una vez que metí la pata y ya está, que me engañaron un dios Tikismikis y un señor indigno, y que me deslumbraron tanto que comprometí mi vida entera, mi cuerpo, mi mente y mi alma inmortal... por las tonterías de un megalómano. Y necesité mucho tiempo y esfuerzo para asumirlo. Y necesité mucho tiempo y esfuerzo para abandonar la visión intelectualizada de la realidad. Y no la quiero más. ¿Cuántas veces tendré que abandonar al hombre viejo? Ya está: no soy del Opus, y me alegro mucho. He logrado reconquistar mi vida, y soy una persona útil a la sociedad. Ahora ayudo a construir ciudadanos perplejos, y entre ellos tengo fama de saberlo todo (toma ya, colega: la omnisciencia).

Me gusta el modo en que Emevé expone las cosas, porque es un modo que entiendo y comparto en gran medida. También me gustan las sesudas explicaciones jurídicas, filosóficas, teológicas, psicológicas... de nuestros compañeros más orientados académicamente. He aprendido mucho de esas lecturas. Y disfrutar aprendiendo es un buen modo de disfrutar (... simplemente).

Creo que pierdo el hilo... En realidad, no lo pierdo: no tenía un hilo ya desde el principio. Son solo pequeños pensamientos que deseaba compartir con vosotros.

Breve comentario sobre el género del Opus: yo siempre lo he dicho en masculino, “el Opus Dei”, tal vez por esa terminación “-us” que recuerda tanto al género masculino más frecuente en la segunda declinación, aunque Opus es de la tercera, y neutro. Y tal vez reforzado ese concepto con la manera en que mis colegas del colegio de Fomento pronunciaban “l''opus” y “lupus”, con la sanísima intención de molestarnos a los de Casa (es cierto: fui adscrito en un colegio de Fomento, saludos afectuosos a tod@s vosotr@s que compartís el privilegio). Pero reconozco que tal vez debería ser la Opus, traduciendo opus por “obra”. Tal vez: pero sigo diciendo “el Opus Dei”, porque me suena mejor. Y supongo que la Academia de la Lengua no se molestará por ello.

Hoy me toca reivindicar un poquito. Es a propósito de cómo se lleva el sigilo sacramental y la dirección espiritual. Pues bien. Tal vez haya justificaciones extremadamente razonables para que un sacerdote de casa comente secretos de confesión de sus penitentes con los directores. Tal vez las haya. Disculpas para el sacrilegio... Ya que quien lleva la dirección espiritual es la Obra, mmm, tiene un pase.

Pero ¿qué ocurre si un sacerdote numerario comenta temas de confesión... con otra persona? Es decir, si yo, con mis 15 años, hablando con el sacerdote numerario del centro, me encuentro con que me comenta alegremente (es una expresión, conste) datos sobre la lucha interior de otro chico de San Rafael. ¿Quién era yo entonces? ¿La Obra de Dios para que me comunicase los secretos de confesión de uno de sus fieles? Desde luego que no: yo era un simple chico de San Rafael. Pero no termina ahí la cosa: es que al año anterior, al amigo al que yo había traído a la meditación, este mismo sacerdote numerario le había hablado de mis pensamientos y sensaciones por las fiestas de verano, con las chicas, la música y la juerga consecuente.

Y eso no es justificable desde ningún punto de vista. Sacerdote indigno y sacrílego: si no hubiera estado yo tan ciego, esas cosas deberían haberme hecho salir a toda prisa de aquella casa. No lo hice: culpa mía.

En fin, cuando me anime a poner mi nombre y foto, tal vez diga también el nombre, apellidos centro y fecha de esos sacrilegios. Que probablemente no sean caso aislado, me temo.

Y mientras, yo sigo a lo mío. Vivir es un trabajo a tiempo completo. Saludos para todos, 

Lobisome

Nota de Agustina.- Sobre "EL/LA" Opus Dei, el primero que utilizó el femenino al denominar el género de la obra fue el propio fundador, en la Petición de canónica aprobación a la Opus Dei como Pía Unión. Él escribió "La Opus Dei". Un abrazo!




Publicado el Wednesday, 18 February 2009



 
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