¿Por qué cantan las personas que pertenecen al Opus una canción que dice: “Tengo el derecho, de no tener ya nunca ningún derecho…”? Supongo que lo hacen porque, en último término, no renuncian a ejercer su derecho de cantar lo que les venga en gana.

En las parroquias existe un grupo de laicos que lleva las cuentas económicas, los balances, etc., y estas se hacen públicas a los feligreses, también lo hace el Vaticano con el Óbolo de San Pedro, según tengo entendido. No dudo que el opus administre los ingresos económicos para cuestiones loables a SUS intereses apostólicos, pero no me parece bien, me parece mal, que no haga público a SUS miembros los movimientos económicos de la institución, al menos por una cuestión de noble transparencia. No me parece bien, como ya he dicho, pero en la dinámica espiritual ascética propia de la institución (“Tengo el derecho, de no tener ya nunca ningún derecho…”) es congruente que los miembros renuncien “libremente” a conocer las decisiones económico-apostólicas de los responsables de estas áreas. ¿Este modo de proceder de la dirección del Opus es de inspiración divina? ¿Qué parte del Opus Dei es sólo opus y que parte es todo Dei?

Un saludo cordial.

Velero