¡Hola! Llevo tiempo leyendo esta web que mucho me ha ayudado, como a tantos, a entenderme y ubicar las cosas en su lugar. Hace unos días cumplía dos años de haber dejado la Obra después de veinticuatro años como numerario. Creo que mi experiencia es muy parecida a la de tantos que han escrito por aquí, igual ahora, que estoy tan contento en mi nueva vida.

En mi tierra dicen que "cada quien habla según le fue en el baile". Pienso que los años que pasé por ahí no me fue tan mal como a otros que he leído aquí, aunque también tuve mis problemas que finalmente me llevaron a salir. Para mi no veía un futuro claro, a no ser el terminar como otros numerarios mayores, deprimido o con el carácter agriado. Quizás hay algunos que seguirán felices por el resto de sus días, pero no creo que sea la condición de todos. Pero de lo que si estoy cierto, es que los años que pasé ahí no fueron en balde. Primeramente me ayudaron a ser lo que soy ahora, con mas características positivas que negativas. También siento que a través de mi otros pudieron encontrar a Dios y a si mismos. Y también, seguramente, le habré hecho mal a alguien, sin quererlo (no soy quien para echar piedras...).

Tampoco voy a negar que hay aspectos que me parece que están mal y tendrían que cambiar. Las injusticias que se cometen como la que recientemente comenta Dolores C. simplemente tendrían que desaparecer, pero será difícil si la organización no quiere aceptarlas. Mucho del problema me parece que viene de que el Opus Dei es una institución y no una persona. No puede sentir, no ama, pues no es persona. La responsabilidad estaría en quienes la gobiernan, que son quienes podrían modificar en el sistema lo que no va. Ojalá que alguien ahí dentro, algún día pueda hacer algo para que los que se dedican a tareas de la Obra tengan su Seguridad Social como cualquier otro ciudadano, para que los numerari@s puedan tener Seguros para el retiro y puedan decidir libremente si se quedan o se van, y un largo etc. Quizás es un tanto utópico, idealista, este deseo de mi parte, pero prefiero pensar así que desear que la Obra desaparezca. Al fin y al cabo he creído en ella por tantos años (y sigo creyendo en ella en muchas cosas).

¡Les deseo lo mejor a todos en este nuevo año!

Amanuense