Estimada Agustina. Estimada Inés. Estimados todos. 

Con ustedes, pienso que mis pensamientos no son en modo alguno objeto de esta página, cuyo fin es realizar un dialogo sereno y constructivo sobre el Opus Dei. Lamento que haya habido personas –especialmente Inés- que se hayan podido sentir ofendidas o dolidas. O con sus recuerdos removidos por el estilo de estos puntos. También lamento algunas frases en mi artículo sobre Inés. Ciertamente no creo que Inés vaya a acabar enfundándose el uniforme pardo de los nazis. No estaría muy guapa.  Por tanto he decidido –de común acuerdo con Agustina- no seguir remitiendo estos pensamientos a esta página de modo que no perdamos tiempos en discusiones estériles y en linchamientos poco caritativos con los que no piensan como nosotros.

De todos modos, de estas líneas pido respeto para los católicos que leen Opuslibros, y sobre todo pido tolerancia, y comprensión para los que no pensamos ni estamos por tirar por la borda muchas cosas positivas y buenas que aprendimos en el Opus Dei, aunque repudiamos los métodos, las formas, los engaños y las desobediencias a la Iglesia. Tenemos que tener cuidado para no acabar siguiendo el mismo sendero de intolerancia y dureza de la Institución y para no erigirnos en una especie de Inquisición laicista que castiga con la crítica inmisericorde a quienes desentonan de una determinada línea. 

Yo retiro mis puntos –empero- no porque me asusten las críticas que he recibido, ni porque haya recibido de Agustina una indicación así,  sino con el deseo de que el debate no se estanque sobre estas humildes reflexiones, y se pueda dedicar el debido espacio al fin de la página: contribuir  a un mayor esclarecimiento de la verdad sobre el Opus Dei.      

Les deseo lo mejor a todos en este año 2009 que comienza. 

CHISPITA