Hola a tod@s:

Vivo en la capital mexicana. Soy supernumerario hace 12 años. Tengo dudas sobre mi continuidad en el Opus Dei, porque lo importante es cumplir normas, aun a costa del sentido que éstas tengan. A lo mejor soy yo el que ha impregnado de rutina la vocación que algún día vi con claridad, o a lo mejor han sido los directores los que han causado esa mecanización de mi vida espiritual. Seguramente mi problema tenga origen en ambas cosas. No quiero echarle la culpa entera al Opus Dei, porque estoy convencido de que yo también tengo parte de responsabilidad. No soy ni un niño ni un tonto, por lo que no debo desconocer la parte de culpa que me toca.

Hace un tiempo me topé con esta página. Veo que hay mucho de verdad, pero he de decir que, sinceramente, no veo que alguien reconozca sus culpas con claridad. Me gustaría que alguien me ayudara a ver claro. Por un lado, el Opus Dei tiene defectos que no puede negar ni evitar (errare humanum est), pero por otro lado sabemos que, chueco o derecho, es un camino que se recorre de manera personalísima. Me refiero a que yo mando a volar a todo aquel director que pretende manejar mi vida y hago lo que en conciencia creo es mejor. No me han corrido. No se si seré yo el que me vaya.

Hace muchos años que he quedado "curado de espantos" y no me dejo impresionar por nadie, sea el que sea. Al principio me dejaba impresionar por los numerarios y por los directores, etc. Ahora no me impresiona nadie, salvo la gente realmente inteligente, sea o no sea de la Obra. Al final resulta cierto que "a los hombres, como a los peces, se les coge por la cabeza". En mi caso, o me cogen por la cabeza, o no me cogen nunca. Pregunto: ¿será que en el OD se han perdido las cabezas que son capaces de ganar otras cabezas?

Si alguien me puede ayudar a despejar dudas, tomando en cuenta que no quiero echarle toda la culpa al OD, sería estupendo. Gracias anticipadas.

Chakispeare