Costanza, Desde esta página recibirás muchos consejos, casi todos se resumirán en uno: si no estás contenta, márchate. Por mi parte, sólo me atrevo a realizar una reflexión a partir de un párrafo que has escrito. Después que cada cual reflexione:

"Puesto que es el único centro en mi provincia, aparentemente sólo tengo dos opciones, quedarme o irme".

Me parece terrible que la perseverancia dependa de las personas que conforman tu círculo de relación en el Opus Dei. Hablando hace poco con otro supernumerario que ha debido abandonar su vocación, me decía que a él no le servía de nada que en otra ciudad las cosas se hicieran de forma diferente, puesto que él (y nadie) no podía desplazarse todas las semanas para recibir los medios de formación en otra ciudad. Lógico. Si el Opus Dei depende tanto de las personas, entonces no es Opus Dei, es Opus Humanus (si es que se dice así).

Por mi parte, vi que el modo de encarnar el Opus Dei es bastante diferente en provincias pequeñas y en la gran capital. Entonces pensé para mis adentros ¿qué sentido tiene dejar por escrito tantas instrucciones, indicaciones, normas, memorandos, textos que se comentaban porque estaban totalmente trasnochados y habían sido escritos por el Fundador hablando de que las mujeres debían hacer "mercadillos solidarios" y eso debía ser explicado en el nuevo contexto de los años 80? Eso me dio mucho que pensar.

Si ta va bien con un director para hacer la charla, pero mal con otro, algo pasa. No es lógico. Y si pedir cambiar de director se ve de mal espíritu, entonces de quién es el problema: de la institución o de los cientos de personas que tienen estute problema. Qué sentido tiene que con un director te sientas un "piltrafilla" y con otro parezca que "vas volando". ¿Tanto cambiamos en unos días? Tuve un director que me hacía la vida imposible y salí llorando de la charla en más de una ocasión. No me había pasado nunca. ¿Dónde estaba el problema, tanto había cambiado de una ciudad a otra, tanto había cambiado desde que había terminado el bachillerato en provincias apenas unos días antes?

No sé lo que te habrán dicho, Constanza, sobre tu vida profesional. A los numerarios nos dijeron que era un tema personal, del que ni siquiera en la charla se podía preguntar. Sólo en el sentido de si con él uno estaba buscando el amor a Dios. De tal manera que lo que uno hiciese en su trabajo (como una persona más) no incumbía a los directores. Si esto es así, no tiene sentido que por haber dejado tu trabajo, las demás dejen de mirarte o tratarte con cariño.

Claro que todo esto es muy complicado porque en el fondo todo acaba mezclándose (algo lógico como ahora explicaré). Recordemos lo que pasó con el 'caso Rumasa'. Yo escuché los textos que enviaron a los centros dando la versión oficial de lo que había pasado. No tengo otra, no tengo la versión de Ruiz Mateos. Seguramente, hubo problemas y errores por las dos partes (nunca es una sola la que tiene la culpa), pero desde luego si alguien está siempre dando dinero (porque se le pide), puede en algún momento pedir algo más que atención espiritual. No somos espíritus puros en un sitio (te damos lo espiritual), en otro sitio trabajadores (y por lo tanto nos puedes dar tu dinero), en otro sitio (primos)... En fin, si debemos tener coherencia de vida, unidad de vida, llevar siempre el mismo sombrero, eso también se le debe pedir a una madre, que debe tratar por igual y siempre a sus hijos. Por igual no significa dar lo mismo, sino atender de la misma manera. Los que somos padres lo sabemos.

En fin, Constanza, leerás un montón de consejos sobre tu posible marcha. Haz lo que quieras, eso sí, buscando que en tu vida seas lo máximamente coherente y si quieres seguir en el Opus Dei que sea porque puedas aportar y vivir esa coherencia.

Atentamente,

Supo