Me parece que Agustina da en el clavo cuando, en su nota al último escrito de Itaca, explica la política que están siguiendo las autoridades de la Prelatura de no debatir en público con personas documentadas que no estén de acuerdo con sus tesis: el empobrecimiento mental que estamos padeciendo en el Opus Dei incapacita para mantener el tipo en cualquier diálogo no amañado.

En esta sociedad de la comunicación, no se puede conservar en una burbuja a la gente, obligándonos a no leer más que los libros de espiritualidad que los que repiten hasta la náusea las cuatro ideas del Fundador, o más teología que la que escriben l@s teólog@s oficiales de la institución, o más literatura que la de unos cuantos autores.

Como tampoco se pueden restringir las películas que se puedan ver en los Centros de numerarias y numerarios –según han mandado recientemente desde Roma a los Consejos locales- a la videoteca que van haciendo en las Delegaciones a base de películas que l@s encargad@s correspondientes van seleccionando: íntegras, unas pocas, y cortadas, otras. Pues esto no favorece que las personas actúen en conciencia y en libertad, es decir, maduramente; sino que las suplanta y las deja, en el orden moral, con un sistema inmune raquítico.

Además, lo que se consigue con eso es que l@s numerari@s que tienen medios para ello, acaben viendo en su PC las películas que les gustan, aislándose de l@s demás a la hora de descansar; y que l@s que no los tienen, se suban por las paredes ante la pobreza cultural de la mayoría de las películas aprobadas para este fin: sobre todo muchas numerarias, que están hasta la coronilla de que no traigan de la Delegación más que películas de acción, que son las que les gustan al numerario medio poco cultivado.

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