Hola a Tod@s:

Primerísimo que nada, quiero expresar desde aquí, mis más sinceras condolencias a mi queridísimo pueblo Español, por el reciente atentado terrorista ocurrido en la Universidad de Navarra. Nadie, y bajo ninguna circunstancia tiene derecho a provocar desgracias en nombre de ninguna ideología. Reciban pues, tod@s mis amig@s españoles lectores y escritores de Opuslibros, mi solidaridad con un abrazo y un beso llenos de cariño para cada un@ de ustedes.

El último escrito de La del Jersey Rojo, me ha puesto a reflexionar sobre la gran falta de caridad que se vive entre los fieles de la prelatura sin importar que sean sacerdotes, numerari@s, supernumerari@s y agregad@s. Esto lo podemos leer aquí mismo en Opuslibros en cientos de testimonios...

La realidad es que nadie se preocupa por nadie, cada quién está pendiente hasta del más mínimo movimiento de los otros para hacerle quedar mal con l@s director@s y obtener alguna ventaja. Parece que a nadie le interesa en lo más mínimo nada que no sea su propio bienestar. El "corre-ve-y-dile" es una practica común, el descrédito a las otras personas es de ordinario.

El opus dei está formando unos santos muy raros. El que no está enfermo de los nervios está amargado, el que no vive nada más para él/ella es visto con recelo. Al muy obediente le critican, al rebelde también. Todo el mundo vive en un estado de paranoia porque sabes que no puedes actuar de una manera distinta a la que la obra te impone en cada situación, la naturalidad está prohibida. Vives con unas personas de las que te dicen que son más que tu familia, y ni siquiera puedes quererles y 'conectarte' con ellas. Todo trato debe ser superficial, de lo contrario se te acusa de tener amistades particulares y afectos desordenados. Pero ¡por Dios!, si yo misma entre mis herman@s  -los de sangre claro-y l@s adoro a tod@s, con algun@s me llevo mejor que con 

La desgracia aquí, es que la obra, en vez de rectificar y descaminar lo andado es cada vez más dura con  las personas. Cada día se imponen nuevas prohibiciones (como la de NUNCA volver a hablar a los móviles de los sacerdotes), y cada día vemos más gente que se marcha con el alma partida en pedazos, cada día sabemos de más miembro@s que tienen que vivir a base de antideptresivos y ansiolíticos, cada día nos enteramos de personas dentro de la obra que de ser seres humanos encantadores y divertidos, se han convertido en un@s amargad@s sin remedio. A mi, y creo que a casi tod@s, se me parte el alma de ver que personas maravillosas que entregaron todo por un ideal, tengan que vivir relegad@s en un centro frío y despersonalizado -así son todos, (otro día hablaré de ello)-, sin que nadie les muestre un poquito de cariño; me duele ver que seres humanos valiosísimos sean tratados como piezas de ajedrez, moviéndolas de un lado para otro sin tener en cuenta ni sus circunstancias, ni su edad, ni sus apegos humanos, ni sus condiciones personales. Esto es lo que a mi parecer hace diabólico al opus dei, se exprime a la persona mientras conviene, y cuando ya no es tan provechos@ se le desplaza hasta el último rincón como si fuese un zapato viejo (Maripaz escribió sobre esto).

Que Dios nos Bendiga a tod@s

Salypimienta

AVISO:

Sigue en pié el ofrecimiento del hombro para llorar, también recibo quejas, sugerencias y comentarios de todas las personas que lo quieran hacer.

salypimienta_opus@hotmail.com