Nací y crecí en una familia de supernumerarios, soy la séptima de 9 hermanos. Podéis haceros a la idea de cómo fue mi vida hasta los 14,5 años... y todo lo que vino después. (Por supuesto pité ese día y duré dentro 2,5 años).

Actualmente mis padres siguen siendo de la obra y también 3 de mis hermanas que son numerarias. Otros 3 nunca entraron -aunque no por ello pudieron librarse de soportar la presión-. Y los 3 restantes estuvimos dentro y gracias a Dios nos fuimos al darnos cuenta que eso no era vivir y menos vivir cerca de Dios.

He conocido esta página a través de mi hermana ex-supernumeraria, y se lo agradezco desde aquí. Yo salí años antes que ella pero es como si no hubiera ido madurando la salida y haya tenido el sentimiento de culpabilidad guardado durante estos 12 años que llevo fuera. Ya sé que es mucho tiempo, pero al salirme con 17 creo que no me había planteado hasta ahora todo el daño que me produjeron las "enseñanzas" del opus.

Intentaré poco a poco ir encajando, aceptando y limpiando de mi alma todos esos sentimientos que se han quedado añejos y enranciando mi interior.

Pondré un ejemplo (que es para reírse): Hasta ahora siempre he dicho y defendido que yo entré a la obra cuando quise.  Bien es verdad que nadie me dijo con palabras textuales que tuviera vocación, pero es que no les hizo falta, ¡¡¡el "trabajo" estaba hecho desde la cuna!!! ¿Cómo he podido ser tan ilusa y pensar que entré libremente?

Pues así, una detrás de otra, quiero ir desterrando esas ideas que a hierro me han inculcado durante tanto tiempo.

He decidido tener la valentía de ir hablando y soltando el lastre que bastante me pesa. Pero como en todo proceso de maduración las cosas se hacen poco a poco, espero que tengáis paciencia para irme ayudando, aunque vaya pidiendo la ayuda a cuenta-gotas.

Mil gracias de antemano por vuestro tiempo.

Un abrazo.
      Dala