Hola Luccas:

Referente a tu escrito: “El poso mío y también el tuyo”, me gustaría hacer una serie de puntualizaciones.

Es cierto que todos a los que hemos pertenecido al opus nos ha quedado un poso, en eso estamos de acuerdo, es más, yo añadiría que ese poso le ha quedado a todos los que tuvieron contacto con el opus de una manera u otra, estudiando en colegios de la obra corporativa, etc. aunque nunca llegaran a “pitar”, personalmente conozco algún caso.

De hecho, y aunque quizás me equivoque lo cual me alegraría mucho, creo que a opuslibros deben acercarse pocas personas que de una manera u otra no estén o hayan estado involucrados con la organización a lo largo de su vida.

Yo tampoco estoy dispuesto a renunciar a mi mismo, soy consciente de la huella que el opus ha dejado en mi carácter, y más aún teniendo en cuenta que se produjo en años cruciales de mi formación como persona y tengo claro que esta impronta permanecerá siempre en mi.

En cuanto a tu segundo escrito;  ¿Dentro o fuera?, mis discrepancias contigo se acentúan. Cuando “pité” yo no entregué mi vida a una noble causa, en primer lugar porque era un niño de catorce años al que coaccionaron y metieron el miedo en el cuerpo con la condenación eterna si no respondía positivamente a una supuesta vocación y en segundo lugar porque no creo que el opus dei sea una noble causa, así que tal y como yo lo veo no se trata de la no culminación de una plenitud. Efectivamente existen muchas organizaciones, instituciones y proyectos de vida terribles y que no son satisfactorias, sino más bien destructivas, y a estas alturas no tengo la menor duda de que el opus es una de ellas.

Desde luego que el salir del opus no es garantía de felicidad, pero si que es garantía de una mayor libertad, a través de la cual pueden conocerse y experimentarse multitud de vivencias, experiencias y conocimiento que cuando estás dentro de la burbuja de la Verdad Absoluta del opus dei ni siquiera imaginas. Y esta es hoy por hoy mi postura personal.

Saludos cordiales,

Luis