Soy de los que no va a enviar su foto. No es por miedo o por temor. Ni de broma. Es por defender mi intimidad. El haber pasado años por la opus es una cuestión que, si se me apura, entre Dios y yo. Si publico la foto, alguno creerá que me implico más o que soy más consecuente. Si no la publico que cedo a lo que hay que derrotar. Pero no es así. Ni todo los que están en contra de la opus tienen mi aceptación, ni todos los que la defienden, mi condena.

Supongamos, por segunda vez [primera vez] y por ahora, que la opus es de fundación divina. Me da la impresión de que ya se ha hablado hasta qué punto las organizaciones pueden estar enfermas en el sentido que su forma de vida o su cultura lo es. No hay mucho más que decir.

Lo que me ha llegado al alma es el testimonio de Humberto. 

No tiene desperdicio. En eso me quiero detener. Sea como fuere, muchas almas, en muchas ocasiones, en distintas épocas, se han visto en medio de organizaciones, instituciones, parroquias, conventos, etc, donde la vida cristiana era todo menos vida y cristiana. La gran paradoja es que, frente a ellas estaba el Señor en medio de los sacramentos, en las oraciones y en la Biblia. Como fondo la presencia de laicos “comprometidos” con la Iglesia, con la pureza de las costumbres, con la moral pero, sobre todo, con lo que todo ello sirve para apalancar el poder temporal, curas que estaban de vuelta de todo y consagrados que vivían su vocación cuesta abajo.

Nuestro querido Humberto ha colocado una clave misteriosa pero cierta, amable, real y como el agua clara. La llamada continúa y constante del ruido interior, de la brisa suave, de la espalda de Dios alejándose con tranquilidad, en medio del ruido exterior de una organización que corre, velozmente, hacía la profesionalización de los vicios de la clase media. Pues bien, y este es el motivo de mi colaboración, llega, como dice Humberto, un momento en el que la vida interior supera a la buscada por la opus. Como los medios aportados son legítimos: sacramentos y trato personal con el Señor, acaba uno teniendo un dialogo, sin palabras, que hace impensable que la opus sea el camino para mantener ese trato con el Dios. No tratamos peor a la opus porque, usando medios sectarios, no vende cosas estrafalarias. Usando medios sectarios, vende algo que es de toda la Iglesia y para toda la Humanidad.

Como bien dice Humberto, puede llegar un momento en que hay que elegir rápido el irse antes de que esa vida interior sea enterrada por enfermedades mentales. Como bien dicen otras personas con más experiencia, la pretendida santidad de la opus es la mera pertenencia a la organización. El hacer de vicios virtudes, es algo que sólo casa con personas adoctrinadas previamente es esas “virtudes” de clase media derechona.

Lo que ahora es más interesante para la opus es que ha pasado la moda en España de ser duro, de derechas, mediocre y miserable. El día que pase de moda ser progre, melifluo y sin ideas, veremos hasta que punto muchos consagrados y laicos han vendido la vida interior y la redención verdadera por el plato de lentejas de formar parte de partidos, sectas o ejércitos de liberación.

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