Lo menciono porque hace algunos años escuché comentar en la Universidad de Navarra a un destacado Doctor, numerario, Vicedecano de la Facultad de Filosofía en ese momento que el problema del Opus Dei es que la hizo un Ingeniero: Álvaro del Portillo.

Así como Josef Knecht puso hace unos meses (7 y 14 de julio) en la palestra el tema del Studium Generale, a mí me gustaría que se escriba en ésta página sobre Álvaro del Portillo.

Mi punto es que el verdadero creador del Opus Dei que conocemos es él. Creo que si se escriben testimonios de quienes lo trataron, se pondrá entender mejor el tema de los supernumerariointerno-oblato-agregado del que se ha escrito bastante en éstos días (Jon10 del 20 de agosto; Exapéndice de los días 22 de agosto y 1 y 5 de septiembre; Nacho Fernández del 22 de agosto y 3 de septiembre; Heavy del 25 de agosto; Armando del 29 de agosto; Pez y Casimiro del 3 de septiembre; Vocifeiroz y EJM del 5 de septiembre).

Otros temas  como el mismo de la dispensa que comenté en mi escrito del 10 de septiembre, se pueden entender mejor si conocemos más del primer sucesor de Escrivá.

¿Y por qué lo digo?, al leer en Opuslibros escritos sobre el fundado de la Opus da la impresión que por su mal carácter, explosividad, primariedad y poca paciencia, difícilmente pudo haber comunicado el “mensaje” que dice le había dado Dios, creo que quién lo arropo e hizo posible transmitir ese “mensaje” fue Del Portillo que era más afable, bondadoso y cariñoso.

En el Libro de Carmen Tapia aparecen relatos donde el fundador se sulfura con grandes enojos, espanta a todos con sus exabruptos y Del Portillo con su sonrisa y su voz dulce regresa la paz a los testigos de los desplantes del fundador con un “pax”. Las biografías y otros escritos sobre el fundador están hechos para presentar un personaje que no es real ni humano. Se le atribuyen libros u homilias que no escribió, entre otras cosas. En fin, creo que hay muchas personas que conocieron a Del Portillo de primera mano y pueden dar testimonios muy valiosos para comentar el papel de éste sacerdote en la verdadera confección de eso que dice llamarse Opus Dei.

Lo digo al Chile