Este era el título ("Usque ad summum"= hasta arriba) de una de las editoriales de Crónica para justificar la obediencia ciega y absurda que debían, debíamos, profesar todos los fieles sectarios.

Much@s recordaréis que se trata de unas palabras del Evangelio, concretamente en el milagro de las bodas de Caná. Curiosamente, son palabras que no fueron pronunciadas por Jesucristo sino por el evangelista-narrador, "y las llenaron hasta arriba", cuando El había ordenado que llenaran las tinajas de agua, orden previa a la que seguiría la conversión del agua en vino.

El opus coge una frase del Nuevo Testamento y la modela y deforma a su antojo para perseguir sus oscuros fines y manipular a las gentes de buena voluntad.

Y, cambiando de tercio, quería rendir un homenaje a Don José Meroño, un curita de esos buenos y bondadosos (no hago distingos entre ambas expresiones, ambas me sirven, no como a otro que yo me sé), entrañable, con una vis cómica, americanófilo como pocos, quien nos impartió, creo recordar, la "introductio ad philosophiam", esto es, la primera de las asignaturas que se cursaban en el ce. Mi agradecimiento y solidaridad con Pedro P de la B, adscrito del último ceniciento centro donde viví, y cuya mofa contra él era algo cotidiano por parte de muchos.

Coincidí con muchas de las personas, más bien diría "personajes" (en el opus abundan
éstos frente a aquellas), de quienes Pedro habla en sus escritos y nada me extraña de todo lo que él cuenta.

Salvo unas pocas y contadísimas bellas personas, de ésas con cargos y cargas, que traté, la mayoría de los directivos eran siniestros personajes, sin risa ni sonrisa, auténticas alimañas dispuestas a lo que fuera para que "sólo se luzcan" las directrices de villa tevere.

¿Hasta cuándo seguiran jodiendo al género humano con sus hipócritas farsas?
Recientemente he estado de viaje en Polonia y he visto allí una religiosidad muy impactante, como hace décadas que no se ve en España, ojalá el opus no utilice a aquellas buenas gentes en beneficio de sus espurios intereses.

También recordé la falacia de la "santificación del trabajo", cuando vi en una foto (no quise a ir a Auschwitz, me falto fuerza moral para visitar un lugar de tan triste memoria), la consigna nazi que había a la entrada del campo: "Arbeit macht frei" ("el trabajo hace libre") y añado yo, "y una mierda!!!!!".

El trabajo esclaviza, es un castigo divino, ¿no? y qué poquitos son los humanos que, en nuestro tiempo, se sienten realizados y remunerados justamente por la tarea que realizan. Miremos a nuestro alrededor. ¿No será que, tal vez, el opus y el nazismo se dan la mano?

opus go home!!!!

Amandus