Yoha :
Aquí... extrañándoles, pero es que no me puedo quedar callado.
Acerca del comentario del numerario amigo de Tolorines (29 de marzo) no puedo quedarme tranquilo sin decir algo. ¡Tolorines! es que NO es sólo una muestra de la "contingencia humana" del Opus Dei.
Asumo que lo que dijo es también parte de ese "numerario que aún es"; es decir que aún funciona -que "funka", que no está "chocho"- que no se ha quemado".
Su consejo: "la Obra se vale y se nutre de los consejos e indicaciones que dan los directores mientras lo son, y esos actos son el vehículo del que se vale Dios para hacer su Obra" es una barbaridad; es un atropello a la dignidad de la persona.
Eso se llama "delirio de grandeza"; es lo que dijo ABC en su correo del 28 de marzo -un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad- este numerario ya no ve más allá de sus propias narices. Admite la posibilidad del error humano, pero no hace nada; pues lo importante es que el Opus Dei siga.
Entonces Dios quiere que los niños de 14 años y medio les mientan a sus padres; Dios quiere que se le plantee algo que no conocen y que por tanto, no saben si serán capaces de soportarlo y que a la postre les traerá grandes problemas síquicos y sentimientos de culpabilidad muy probablemente después de hacer la Oblación y antes de la Fidelidad (ver estadísticas)
Dios quiere también que los que se van, luego de muchos años, se merecen quedar con una mano adelante y otra atrás. Que alguien piense "no doy ni cinco céntimos por el alma de los que se van" (correo de ÑamÑam del 26 de marzo)
Dios quiere que haya tratos desiguales entre los diferentes miembros. Que por una cuestión meramente de conveniencia hayan numerarias auxiliares; que por cuestiones de apariencia física, este será agregado y no numerario.
Dios quiere experimentar con los miembros -como si fueran ratoncillos de laboratorio- para ver que tal funciona el asunto y si no, se cambia el criterio.
Dios quiere que los ex intenten suicidarse -¿cuantos habrán consumado el acto? ¡Que terrible, Señor!- luego de recomendarles dejar la Obra y sentirse solos, abandonados y sin familia.
No señor, Dios no "juega" con las almas.
Señor numerario: ¡los Consejos Locales se equivocan!, y muchas veces además. Reconózcalo, sí; pero haga algo, diga algo. ¡Retroaliméntese! No se quede callado, lea la Web.
Un abrazo a todos,
YOHA
Publicado el Tuesday, 30 March 2004
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