Brisas :
He leído con gran atención el escrito de Galileo "La 'voluntad de Dios' en el opus Dei" y veo que puedo reafirmarme en mi convicción de que en esta vida ya está todo inventado. Me refiero a la crisis que muchos, muchísimos, pasamos al salir de la Opus Dei.
Evidentemente yo puedo hablar por mí y mis experiencias. Es hoy el día que aún me pregunto cómo es posible que yo haya cambiado tanto. Cómo he podido pasar de ser una mujer a una agenda pegada, con todo lo que ello significa, a ser yo misma mi propio juez y el tamiz por el que pasan todas mis decisiones.
La profundización en este pensamiento la estoy posponiendo porque me da pereza e, incluso, creo que todavía no estoy muy preparada para ello. Mi relación con Dios se ha resentido tanto que, diría, es prácticamente nula. Me pasa lo mismo que con las almejas a la marinera, de niña un día comí tantas que me puse enferma y han pasado treinta años y todavía no he conseguido volver a comerlas.
Una de las cosas que más me han hecho sufrir en mi vida, por circunstancias puedo comparar con ratos muy malos, han sido mis últimos tiempos en la obra y mi salida. Y todo ello identificado con Dios. Así que la consecuencia es hasta cierto punto lógica: si esto es Dios y Dios me hace sufrir, pues vamos a separar la causa de mis angustias.
A pesar de lo dicho esta crisis supuso un enriquecimiento, de todas ellas o se sale directamente a un siquiátrico o uno se fortalece. A mí me ha hecho comprender al resto de la humanidad y, lo que más agradezco, bajarme del pedestal en el que estaba para mirarme de tú a tú con los demás.
Para mí lo principal era la búsqueda, buscaba el por qué de todo, lo mismo que me preguntaba, como hago siempre, a quien beneficiaba todo aquello. A mí, desde luego, no (me sentía como esos ratones de laboratorio a los que sueltan en un laberinto y nunca encuentran la salida). Y en esa búsqueda encontré muchas razones para negar la existencia de Dios. Leí mucho, pregunté, viví (uno sale un poco desbocado, lo reconozco). Hasta me leí a Stephen Hawking y su teoría del Todo, muy meritorio por mi parte, no es inmodestia, porque la física me da alergia. Y en ello estoy, sin miedos y sin tabúes, respetando y respetándome.
No sé si esto que he dicho le servirá a alguien más que a mí, pero quiero deciros que me cuesta mucho abrirme, otra de las consecuencias "malas", porque recuerdo que yo era abierta, así se pedía y así lo hacía yo, "cuenta primero lo que más te cueste", pero esa candidez se pagaba a precio de oro porque por ahí te tenían atada, y no hablemos de la forma sutil de hurgar en la herida. Era como un cilicio en el alma.
Brisas
Publicado el Tuesday, 30 March 2004
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