Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: Crisis existencial y quiebra biográfica.- Westy

010. Testimonios
Westy :

CRISIS EXISTENCIAL Y QUIEBRA BIOGRÁFICA
Westy, 29 de agosto de 2008

 

Hola a todos, es la primera vez que escribo en esta web (también soy una ex). La verdad es que no hubiera escrito en esta web si no fuera porque ahora le ha tocado el turno a mi sobrino de 20 años. En estos momentos está machacado, ingresado con una pequeña depresión: no distingue la derecha de la izquierda, está hecho un lío y tiene un cacao mental considerable. Lo que me enciende es lo MAL (y lo pongo con mayúsculas) que se ha hecho para, y lo digo con tristeza, para “echarle”, porque literalmente ha sido así. Y la historia se repite. Con todo después de tantos años me siento aún incapaz de hacer algo que pueda dañar a la Obra y ciertamente lo podría hacer en esta web, pero esa no es la intención.

No puedo deciros más, pero sí que mis heridas han vuelto a abrir, antes dolorosas y ahora con una enorme tristeza. Ahí va mi testimonio, uno más, no se exactamente porqué, quizá para contarlo a quienes me entienden o sólo porque necesito expresarlo. Voy a intentar ser lo más objetiva y justa posible, aunque se que en algún momento me equivocaré, pero las cosas con razón o no las viví así.

Una pequeña síntesis es para situaros:



La verdad es que soy una “ex” un poco “particular”. Pité con 16 años en 1976 (parece una eternidad), ahora tengo 50 y desde que consideraron que estaría mejor fuera han pasado 32 años (6 dentro), pero lo gracioso es que no pase de ser adscrita, aunque subjetivamente me consideraba sin la más mínima duda numeraria. Bueno, debo decir que en aquellos años ocurrían este tipo de cosas y que por desgracia me tocaron a mí. Tiene gracia porque conocí al Fundador en una tertulia en el Colegio Mayor Belagua y otra en Goroabe. O sea, que de haber sido numeraria de “verdad” hubiera sido co-fundadora (creo que se decía así)...

Pues bien, dado que la vocación no terminaba de asentarse (yo tenía muy buena voluntad, pero muchos altibajos), al final me dijeron que estaría mejor fuera, pero no entendí el porqué, mi gran duda era si no había puesto los medios suficientes o realmente eso no era lo mío, pero no me enteré. Mi hermano mayor suele decir con mucha gracia que en el Opus Dei no se dice sí o no, sino que se dice “ni”. Pues bien, me fui con un “ni” y ahí empezó mi calvario particular.

La dolorosa quiebra de la existencia.

De repente, como suelo decir, me encontré entre el cielo y la tierra colgada de un hilo, yo lo expresé como punto cero de la existencia. El pasado reciente ya no estaba, no era mío y el futuro estaba en blanco. Mi preocupación era que pasara el tiempo para poder tener pasado en que apoyarme, pero no era tan fácil, no encajaba en el mundo, seguía teniendo en la cabeza el mismo modo de pensar. Como ejemplo os diré que me fui a Marbella con unas amigas y era incapaz de estar tumbada en la playa sin hacer nada. Los horarios de comida, levantarse… eran caóticos. No lo aguanté, tome un avión y para casa.

Tenía que comprender este mundo tan raro para mí que se me venía encima. Decidí que si no tenía pasado haría mío el de toda la humanidad empezaría por estudiar filosofía (si ser era lo primero, me dije que por ahí), luego historia, derecho…La verdad es que estudié filosofia, obtuve el doctorado, pero no he pasado de ahí. Con la distancia de los años me parece una ocurrencia bastante curiosa, pero sólo tenía 21 años.

Otra cosa que hice fue encerrarme, aislarme, estuve dos años enteritos e mi cuarto, sólo salía para trabajar, ir a clase, estudiar y “cumplir las normas”. Lo que no conseguí en 6 años ahora era fácil. Además debía ser así porque al irme le pregunté a la directora cuándo podría volver a ir por un centro, me contesto que en dos años y como un clavo a los años me encontré con una numeraria que conocía y le dije que ya habían pasado dos años. Ingenua de mí, cuando te vas, te vas y salvo que hayas rehecho tu vida y haya la posibilidad de pitar como supernumeraria, pues que te den. Con esta vuelta, obviamente, no encaje porque o me seguían tratando como una numeraria dado que “sabía de que iba el rollo” o me ignoraban un poco, es como si pudiera estar ahí sin molestar, pero yo quería que me ayudaran a mí en la vida interior a Dios, pero creo que, salvo excepciones, a la mayoría habría que cambiarles el cerebro, al final, sólo les interesaba a quién iba a llevar a la meditación.

Sí debo deciros que sólo dos personas no me dieron la espalda. Una vivía en Madrid, trabajaba en la Asesoría y otra en una administración. En mi situación de “encarcelada” viajaba a Madrid cada fin de semana que podía. Cogía el avión y me hospedaba en el hotel Zurbano. En Madrid salía con mi amiga a pasear, a comer y luego me iba con ella al centro, estaba en la administración, planchaba, asistía a la meditación, etc. Y vuelta a casa, pero me sentía querida. Esta amiga ha muerto hace dos años de un cáncer y me he sentido huérfana. Ya no nos veíamos tan a menudo, aunque nos escribíamos, y nos veíamos de vez en cuando. Sobre todo cuando, como suelo decir, “me había perdido”, siempre estaba ella.

Bueno, me he desviado un poco del tema existencial. El tiempo me tenía obsesionada. Como empecé la carrera mientras estaba trabajando, tenía cuatro años más que la gente de mi clase y como ahí había un montón de numerarios y numerarias, de nuevo excluida. Si hubiera tenido la misma edad a lo mejor me hubiera integrado mejor con los de 19 años. Tenía la sensación de haber llegado tarde y no era sólo una sensación: efectivamente llegaba tarde porque como estudié una carrera que no me gustaba ya quede esta manera quizá se asentara la vocación, pues ni una cosa ni la otra: siempre tarde, siempre tarde y no podía adelantar al tiempo. Para ser justa debo decir que las decisiones que se iban tomando sobre mí eran fueron rectas y meditadas, otra cosa que hubieran sido las acertadas.

Bueno, retomo el hilo de la crisis existencial: casi a la par del doloroso punto cero existencial llegó el turno de la indiferencia, noté con más virulencia el que me ignorasen y el dolor se hizo cada vez más intenso, sin embargo seguía queriendo a la Obra y me iba echando a la espalda cualquier ofensa, unas disculpables y otras de una falta de caridad como un piano. Me sentía como un animal capaz de llevar encima todo el peso que se me echara. De vez en cuando me cansaba y tenía que dejar la mochila al suelo, solía dormir todo lo que mis obligaciones me permitían y cuando me sentía recuperada, otra vez en forma, a coger la mochila y a seguir andando.

Efectivamente como he dicho antes estaba hecha añicos y esa quiebra la sentí como un profundo dolor, ahora puedo decir que me dolía el espíritu, que sí, que el espíritu duele y mucho. Durante esa época me pasaba de vez en cuando un fenómeno curioso, ahora se que se trata de una crisis de angustia. Efectivamente sabía que llegaba el momento, entonces tenía que echarme en el suelo y dejar que el dolor penetrara lentamente, no podía hablar ni mover los brazos y hasta que el dolor no alcanzaba un punto máximo no podía recuperarme. Afortunadamente duraba de 15 a 20 mínitos y si era muy largo media hora, pero esto era excepcional. Este fenómeno se producía a veces de modo espontáneo y otras por incidentes tan tontos como volver a ver a una persona de mis tiempos de adscrita.

Tengo que hacer una referencia a mis padres. Ambos eran supernumerarios y mi “querido padre” cuando me fui de la Obra que llevo a una cafetería y estuvo hablando no me digáis de que, pero vagamente recuerdo que me habló de un teléfono rojo. Ahí acabó todo. Mi madre sufrió lo indecible y más tarde me he enterado que también estuvo a punto de mandarlos a la “m”. debierais conocerla, es la persona más buena del mundo y jamás nos ha hablado de la Obra, ni del Fundador ni de nada. Ahora es mayor (85), pero algunas amigas de mi hemana mayor le comentan: si la gente de la Obra es como tu madre dime dónde tengo que apuntarme. Os cuento dos pequeñas anécdotas. En un momento concreto unas personas de la Delegación fueron a buscar a mi madre que estaba haciendo un curso de retiro en Obanos, no recuerdo a cuenta de qué pero se trataba de mí. Mi madre como se dice se ha dedicado a sus labores y tiene la formación de la escuela y también corte y confección supongo que algo bastante común en aquellos años. Pues cuando venía con las numerarias en el coche les dijo: esto es peor que el comunismo. Supongo que lo que le debía parecer lo peor. Ahora con la situación de mi sobrino y de un lío académico de su hermana comentó ¿pero qué está pasando? Mi hermana mayor le contestó: mamá que esto está haciendo agua, que como sigan así tendrán que cerrar la barraca. Y de nuevo mi madre ha dicho como lo peor “hija esto es diabólico”. Creo que se me nota que se me cae la baba con mi madre.

Mi padre me dejó con un discurso y mi madre sufrió mucho pero no supo que hacer de manera que me quedé solita “Juan palomo yo me lo guiso yo me lo como”. Afortunadamente no va a pasar esto con mi sobrino porque entre otras cosas tiene a su madre que es de armas tomar con un sentido común impresionante y se lleva fenomenal con su hijo. Recién pitado iban los dos a misa y le llevaba en coche pues viven un poco lejos, entonces mi sobrino tuvo la ocurrencia de decir: aquí vamos una madre santa y un hijo numerario. Pero como he dicho al principio de este escrito esto no pasará y que Dios los coja confesados si no es así.

Westy

La muerte del corazón (próximo envío)




Publicado el Friday, 29 August 2008



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 010. Testimonios


Noticia más leída sobre 010. Testimonios:
Diecinueve años de mi vida caminando en una mentira: OPUS DEI.- Ana Azanza


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.120 Segundos