Cuento (IV)

Para mí aquella tierra lejana siempre será "Patolandia", en honor a Donald. Con el pasar de los años creo que el único que sobrevive ahí es Pedro el malo. Yo no estoy dispuesto a llamar a aquella tierra "La isla de Pedro el malo", o "El barco de Pedro el malo", porque sería darle a él un lugar que no se merece. Prefiero recordar las buenas intenciones de Donald, que aunque al final nos abandonó a nuestra suerte, nos trataba con cierta delicadeza.

Creo que Donald nunca nos habló de sí mismo. Cuando me enteraba de algo era porque alguno de los compañeros me lo comentaba. Nunca de verdad supe cómo había llegado ahí.

Muchos niños entraban a Patolandia, muchos desaparecían.

Rico Mac Pato es la persona más importante del universo. Casi todos los niños sabían historias de él, pero era dentro de Patolandia en donde cada uno pasaba a ser parte de su familia. Yo no me sé la historia de cómo el conde de Carabás recibió el encargo de ser el representante de los tesoros del tío Rico, pero uno y otro eran inseparables.

Gracias al conde de Carabás, todos los niños de Patolandia no vivirían como huérfanos desposeídos, sino que pasaban  a formar parte de su reinado, les decía una y otra vez Tribilín a su grupo de niños, teniendo a la bóveda del tío Rico como testigo.

Nunca oí a algún niño decir que no.

<<Anterior – Siguiente>>