Hola a todos:

Al leer el texto de Segundo-G, he recordado algunas cosas relativas a J. O. Era una persona de inquietudes, que después de permanecer  en Estados Unidos decidió secularizarse. Los directores del Opus, por lo que veo hacían hacer velas al Santísimo, y por otra parte actuaban con gran indecencia, ya que no querían que fuera como sacerdote numerario que se tramitara la secularización en Roma, sino que antes dejara de ser de la Obra, pasara a cura secular incardinado en el opispado de Barcelona, y fuera el Obispo quien tramitara la secularización. Él se negó y tuvo que hablar personalmente con el entonces titular de la diócesis, Dr. Juban, quien le manifestó que si no se querían hacer  los trámites prescisos lor responsables de la Obra para su secularización; él mismo acudiría a Roma. Los directores, como siempre que se les ve el plumero cara a la alta jerarquía de la Iglesia, solucionaron el tema y gestionaron la secularización.

Yo no puedo entender la espiritualidad frailuna que se respira en el Opus: por una parte mucha piedad, mucho amor al Señor al que no ven, mucha devoción a la eucaristía - si alguien deja caer algunos brillantes para una custodia, mejor, más ricos seremos- mucho rollo santurrón, y por otra parte tratan a la gente, que ha dejado de interesarles, como un trapo. A esto le llaman mentalidad laical, será la de la mafia.

Sobre las "lindezas" de la gente del Opus al valorar nuestras aportaciones, me parecen propias de las mentes más anquilosadas y faltas de imaginación, ya podrían pensar un poco más y no hacer como aquel dicho: La madre dice a su hija: "Llamala puta, antes que te lo llame a ti".

Un saludo.

Rocaberti