Querida Daniela he tenido la fuerte tentación de despacharme hablando de varias de las que mencionas (a otras ni siquiera las recuerdo lo que me da gusto). Mira, así como tú guardas recuerdos positivos de P. P. yo guardo mucho cariño por Y. H. (la "chinita") por lo que fuere... pero la quise mucho y sigo queriéndola.

¿Que si un día me dijo que Dios no se deja ganar en generosidad y otro día me dijo que yo ya no tenía vocación y tan campante? ¿que si fulana de tal era insoportable? ¿que si habían odios, rencillas? Pues sí. Pero no me parece a mi sustancial el rescatar eso sino lo siguiente: a todas estas mujeres las ingresaron a la organización desde muy jovencitas y les dijeron que las iban a hacer santas. Renunciaron al sueño de toda mujer de ser mamá y secaron su cuerpo para entregarse de lleno a un ideal. Y luego, 20 años después las conocimos tú y yo convertidas en los mounstruos sectarios que son. Capaces de destruir, de mentir y de desaparecer a quienes no piensan como ellas.

No, yo no pienso que el problema del opus sea un problema de "un grupo de gente mala". Eso es una mentira que ellos nos cuentan. El problema del opus es que vuelven malas a personas buenas. Y quien no se vuelve mala se parte en dos o se va corriendo. Así que me guardo la tentación de contar detalles "feos" de estas mujeres a las que conocimos porque pienso que son tan víctimas (o peores víctimas) que nosotras porque pensaron que iban a ser santas y no notan que son malas.

Tanto así que una de ellas entra a esta web a decir que no entiende por qué las directoras han dejado atrás el espíritu y que nota que "algunas" han faltado a la caridad, cuando yo conozco de primera mano una historia de ella (como directora en San Gabriel) que no es precisamente la del buen samaritano. Pero ella no tiene la culpa, así la han "educado" y a veces hasta parece que no se da cuenta que no es buena... y que la han estafado.

Muy triste espectáculo y una estafa enorme que espero que alguien detenga.

Por lo menos nosotras no tenemos asegurado ningún 50% del cielo por cumplir un plan de vida, ni estamos seguras de ir al Paraíso porque nos envuelvan en una sábana blanca al morir. Tú y yo y muchos de los lectores sabemos que somos de tierra y que la cagamos varias veces al día y acertamos otras tantas y que esta vida es una gran sala de clases en donde tenemos que aprender, porque no nos sabemos las respuestas del examen final (pobres de los que creen que se lo saben porque su organización les adelantó el balotario resuelto... qué sorpresas se llevarán... y eso es triste)

Saludos a todos.

Emevé