LuxindexBorgia :
El otro día Brian se preguntaba: “¿Hay diferentes grados de efectividad de la reliquia según el diente o la muela fueran postizos debido a un implante o hayan sufrido el efecto del torno por una caries? ¿Es más de fiar, a efectos milagrosos, que la pieza se haya extraído en vida o durante el velatorio o tras las exhumación?”.
Pero el escrito de Brian, aunque me ha hecho pensar mucho, cosa que le agradezco, sólo ha aumentado mis interrogantes: ¿un santo mellado, y no digamos si está completamente desdentado, tiene menos herramientas a su disposición para interceder? ¿Los dientes de leche dan favores y los de la segunda dentición milagros?...
No sé cómo habrán presentado el diente, aunque me temo que el dientecito estará tendido sobre terciopelo rojo o una tela adamascada, que tanta prestancia da, sobre todo si es semigótica. Pero, para un corazón sensible como el mío, imaginar un dientecito acostadito y reseco, sin siquiera sabanita que lo arrope, me da una mezcla de pena y repelús.
Yo les sugiero una presentación que, a través de la ventanita del dosel, se vea un diente valiente, un canino canonizado a una manzana ferozmente hincado, entronizado (manzana que podría ser de poliuretano pintado de verde para evitar engorrosas reposiciones), iluminados por un haz láser circular (ahora sí, ahora no) diente y manzana como símbolos de que aunque Adán perdiese el Edén por culpa de la primera ventanera, siempre le quedará, gracias a otras sacrificadas evas, un reducto: el Opus Dei ®.
No sé, pido disculpas si estoy exagerando. Pero, en cualquier caso, si para un diente un dosel empotrado, para un fémur ¡expropiación del Vaticano, ya!
Luxindex
Publicado el Friday, 04 July 2008
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