La Iglesia Católica es territorial y jerárquica, hasta aquí, todos estamos de acuerdo. Algunos movimientos sobretodo los situados en los extremos, los “derecha” y los de la “izquierda” tienen ciertas peculiaridades. Unos tienen el “don” de “estar en completa comunión con el Papa” y los otros en “tener conexión directa con Dios”. Y creo que lo de respectivamente sobra.

Así llegamos a la conclusión, que cada uno de los extremos hace lo que le da la gana; una razón bien sobrenatural para algunos.

Vamos analizar uno de los sectores que es el que nos incumba. Cuando uno tiene la certeza de tener “línea directa con el Papa”, la jerarquía molesta. Se actúa como si el resto no existiese, “YO” lo hago todo bien, estoy en comunión con el susodicho.

Cuando ciertos personajes opusimos entran en una parroquia a aleccionar de cómo se hacen las cosas, entran como zorros “cogen” las mejores “presas”, los ponen a círculos y a seguir el proceso. Y por supuesto, la “presa” desaparece de la parroquia. Qué mérito salvar un salvado, o pescar un pescado.

No quiero desvalorar los múltiples apostolados que se hacen en las parroquia “propias del opus”, que a su vez son impermeables a iniciativas plurales.

Bueno, el mensaje que quiero dejar, director que me lees, es que no vayáis a vuestra bola con la excusa de siempre, seguid con agrado las indicaciones de los obispos, sean de la cuerda o no, en definitiva la Iglesia es jerárquica y territorial y el que manda es el que manda, y el mando superior inmediato es el Obispo.