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 Tus escritos: Los procesos autodestructivos.- Guillermo-Brown

105. Psiquiatría: problemas y praxis
Guillermo-Brown :

Los procesos autodestructivos.

 

            Querido C.R.:

 

            Los procesos autodestructivos pueden ser reversibles. Los brotes autolíticos de que hablas en tu carta son alarmantes avisos que pueden continuar –y eventualmente culminar en la autodestrucción como mecanismo de huida-, o remitir -por adaptación de la víctima al proceso contra natura en cuyo marco han nacido, como reacción.

 

            El primer supuesto es gravísimo en tanto puede llegar a irreversible. El segundo, grave considerado que para adaptarse la persona debe bloquear buena parte de su psicología; ésa que los exnumerarios recuperan felizmente al abandonar la Obra, y de cuyo gozo encontrarás muchos testimonios en esta página.

 

            Pero existe un tercer supuesto: la reversión. La capacidad de sufrimiento –como toda capacidad humana- aunque enorme, es limitada. Excedida, la persona “busca” una alternativa accesible, y si la encuentra, es altamente probable que la tome. Este tercer supuesto es el mayoritario cuantitativamente, y ahí es donde la mano tendida de la familia es insustituible dado que quien “no puede más”, de ordinario tampoco tiene fuerzas para “buscar” otro “nuevo mundo”, otro plano –no sólo físico- en que situarse.

           

            Quienes abandonan así las sectas, casi siempre regresan a la familia (mundo con riqueza afectiva). Este tránsito es intuitivo -rarísimamente reflexivo- en tanto lo llevan a cabo extremadamente mermados, casi “juguetes rotos”. Pues bien, para ese tránsito es precisa una obviedad: la disponibilidad del destino, la alternativa; que no es otra que una familia accesible. Sin ella falta el “puente” para salir de esa “isla de la autodestrucción”.

 

            Por tanto lo mejor que podéis hacer con esa mujer al borde del colapso es justamente lo que ya hacéis: estar ahí, cerca, de modo que cuando el proceso haga crisis, tenga un mundo afectivo distinto del vacío. Ítem más: de no contar con ese “puente”, se incrementará exponencialmente el riesgo de suicidio si, como explicas, ya ha protagonizado intentos de autolisis.

 

            En otro orden, no resulta eficaz el proceso judicial de incapacitación (medio relativamente rápido por el que, acreditada la alteración mental, un juzgado civil designa un tutor o tutora que accede -en el caso de esta señora, de forma temporal- a la titularidad de su capacidad de obrar disminuida [es decir: que puede, durante un tiempo, decidir por ella y hacer que se cumpla su decisión]).

 

            Me permito darte dos consejos para concluir: el primero es que le abráis los brazos a esta señora sin quejas, sin reproches, sin exigencias y amablemente. En estos momentos no tiene espaldas para cargar un gramo más de peso del que ya soporta. Necesita ahora -y necesitará en la crisis y después de ella- afectividad incondicional; amor totalmente incondicional.   

 

            El segundo es que recéis, que recéis mucho. Nadie sabe si Dios atiende nuestras peticiones, pero todos sabemos que en situaciones críticas únicamente nos queda Él.

 

           Mucho ánimo.

Guillermo-Brown

 




Publicado el Monday, 12 May 2008



 
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